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Gonzalo Azumendi: "Con los móviles la fotografía se ha democratizado, tiene un lenguaje propio y diferente"

"Antes era normal hacer proyectos propios, pero hoy la fotografía se ha convertido en un mercado 'low cost'"

Gonzalo Azumendi, retratado en uno de sus múltiples viajes por el mundo. gonzalo azumendi

P ¿Cuáles fueron sus inicios en la fotografía y por qué decidió dedicarse a los viajes?

R Mis inicios en fotografía fueron gracias a la montaña. Me gustaba mucho escalar y subir montañas desde los 13 años y no sé por qué empecé a llevar una cámara de fotos de plástico con carretes de blanco y negro. Así fue como de repente me fui apasionando por la fotografía. Entonces soñaba con ser fotógrafo o periodista pero era complicado. También me atraía la psicología, que es lo que estudié finalmente en la universidad. Pero lo dejé todo por viajar y por seguir haciendo fotos. Los inicios fueron muy difíciles, por supuesto... así que como siempre estaba viajando y buscando nuevos lugares, imagino que tenía el gen del viajero.

P ¿Trabaja por encargo o hace proyectos propios para vender?

R Generalmente trabajo por encargo, o por invitaciones de lugares que quieren promocionarse. Antes era más normal hacer proyectos propios. He realizado toda la Ruta de la Seda desde Venecia a China, patrocinándomela yo mismo. Pero hoy eso es casi impensable desde un punto de vista de rentabilidad, porque la fotografía se ha convertido en un mercado low cost.

P ¿Cuáles son sus referentes?

R Han sido muchos y variados, tanto en fotografía de viajes como creadores cercanos a la fotografía contemporánea. También fotógrafos más vinculados al arte o al documentalismo más novedoso y comprometido. Pero es muy complicado hoy, porque el propio mercado editorial es a veces muy conservador, y muy fácil. Es decir, se conforma muchas veces con fotos ya vistas y repetidas, y tú mismo llevas ese condicionante dentro de ti. Además en muchas ocasiones tienes que fotografiar una ciudad en uno o dos días y en ese tiempo es difícil un resultado brillante, sobre todo si no estás preparado o eres un guerrero, como es mi caso (ríe).

P ¿Qué le ha atraído de Mallorca para ser repetidor?

R Conocí Mallorca hace muchos años porque fue la primera vez en mi vida, creo, que he tenido algo parecido a unas vacaciones. Normalmente viajaba a diferentes países donde no paraba de fotografiar. Junto a mi mujer, Ana, cogimos un vuelo de ida desde Bilbao. Alquilamos un coche y tras dormir la primera noche en un hotel en Can Pastilla, nos fuimos a buscar un lugar maravilloso donde instalarnos. Y lo encontramos en Cala Sant Vicenç, tras ver una postal en una tienda. Éramos felices porque nunca habíamos estado así, en un apartamento que alquilamos sobre el mar, ociosos, nadando y haciendo excursiones. Inicialmente íbamos a estar 10 días y nos quedamos tres semanas. Dos años después repetimos en el mismo lugar. Ahora nos instalamos en el sur, que es precioso. Y de allí hacemos excursiones para descubrir playas y fotografiar los Cossiers, correfocs, el Much de Sineu, el tren de Sóller, sa Calobra...

P ¿Cuál es el proyecto que recuerda con más cariño?¿Y el más complicado?

R Son infinitos los recuerdos que tengo y los proyectos que me han ilusionado. Y los que vendrán. Me gustaba mucho la carrera Pirena, que recorría El Pirineo. Durante casi 20 años fui el fotógrafo, pero por falta de presupuesto ya no se puede hacer. Sin duda, muchos lugares han sido complicados, pero quizás la peor experiencia fue en Yemen, justo antes de la guerra. Por momentos estaba en el suelo porque había tiros cercanos. Cinco beduinos, con sus kalashnikov, pretendían secuestrarme. Afortunadamente al final no lo hicieron porque iba escoltado por un soldado y con un chófer y entre los dos le convencieron de que si no el ejército les buscaría a ellos y a sus familias.

P ¿Cómo ha cambiado la fotografía con los teléfonos móviles?

R Ahora todo es rápido, efímero? En lo positivo, la fotografía se ha democratizado, pero lo curioso es que se ha convertido en un lenguaje propio, para mi forma de ver, diferente a lo que era antes. Es decir, ahora sacas tu teléfono móvil y es inevitable que te hagas una foto donde se te ve alegre y sonriente, delante de algún lugar con cierto valor monumental, icónico, o algún personaje famoso... A esto me refería con el lenguaje. Una foto ya es un certificado de realidad, y no tienes que andar escribiendo ni contando nada. Es el lenguaje del siglo XXI. Y lo más increíble es que es universal; es decir, aunque no hables coreano ni ruso, puedes seguir las cuentas de Instagram de habitantes de esos países y entender en igualdad de condiciones que sus amigos de allí, las imágenes que comparten de su vida.

P Se calcula que cada trimestre se suben a internet 400 millones de fotos. ¿Pueden tener la misma consideración las imágenes de móvil que las profesionales?

R Cada poco tiempo cambian las reglas; es decir, esta pregunta dentro de dos años tiene otra respuesta, o es otra pregunta. Hace poquísimo tiempo siempre decían que el que hacía vídeos con el móvil en posición vertical no se enteraba porque los dispositivos eran horizontales. Curiosamente hoy todas las webs empiezan a pedir más fotos y vídeos verticales, porque la gente los consume por el móvil. La fotografía puede tener la misma consideración mientras sea buena pero es evidente que en Instagram la foto de consumo, de usar y tirar, está a la orden del día. Es la esencia.

P ¿Qué diferencia hoy en día un fotógrafo profesional de uno amateur?

R Yo entiendo que un fotógrafo profesional es aquel que se dedica a la fotografía como medio de vida, que resuelve encargos y problemas de gente que necesita tener una solución fotográfica. Por supuesto, también puede ser alguien que se dedica a su propia creación. Lógicamente son menos... El fotógrafo amateur puede hacer las fotos que a él le apetecen, sin el estrés de los encargos, porque su medio de vida es otro. Y puede disfrutar enormemente de la fotografía y en muchos casos ser un referente en la historia de la fotografía.

P ¿Cuál es su visión de futuro del mundo de la fotografía?

R No tengo ni idea. Es más, preferiría tener algo de idea de cómo va a evolucionar la Bolsa, el Ibex y Wall Street para ir comprando cositas que se revaloricen (ríe), porque con esto de la foto? Mal futuro veo yo como profesión... Cada día es más fácil hacer fotos, vete a saber si llegará el momento en que guiñando un ojo conectado a algún dispositivo como reloj o teléfono o lo que sea, se hará la foto... No sé, es puro enigma, lo que está claro es que seguirá adelante como siempre lo ha hecho, aunque quizás un día acabemos sepultados en imágenes. Mientras tanto vamos a disfrutarlo.

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