El próximo día 29 de septiembre, coincidiendo con la fiesta del patrón de Campanet, Sant Miquel, las religiosas Agustinas del Amparo dirán adiós a la localidad del Raiguer después de 145 años de presencia en el municipio. La despedida definitiva de las monjas se anunciará durante el transcurso de la celebración religiosa del día.

Fue el pasado mes de marzo cuando, por motivos de salud y de vejez de las religiosas que formaban la comunidad en Campanet tuvieron que dejar el convento y trasladarse al monasterio de la Concepción de Palma.

Dos de las religiosas, sor Maria Ignacia Planas y sor Natividad Isern, llevaban más de medio siglo viviendo en Campanet, mientras que sor Gemma Orvay había residido los últimos 20 años en la localidad.

Durante todos estos años, las religiosas Agustinas del Amparo, conocidas popularmente como ses Monges Agustines, han prestado numerosos servicios a los habitantes del pueblo tanto desde el punto de vista religioso como en el educativo, sin olvidar la función sociosanitaria que supone la atención a los enfermos. A lo largo de su permanencia, por el convento de las monjas han pasado muchos campaneters y, sobre todo, campaneteres, que recibían sus estudios en el convento, aprendiendo además tareas como coser y bordar, entre otros trabajos.

Lugar de encuentro

A lo largo de todos estos años, el convento ha sido durante diferentes épocas un lugar de encuentro incluso para los jóvenes de la localidad. De allí nació en el siglo pasado una tuna musical y se produjeron los primeros contactos musicales que dieron lugar posteriormente a la creación de un coro parroquial.

Durante años el convento abrió las puertas a muchos vecinos, desde los primeros momentos de su infancia incluso hasta la muerte, ya que a la hora de la despedida fueron muchas las noches que especialmente sor Natividad acompañaba a los familiares.

A mediados del siglo pasado fue tal la influencia y la admiración por las religiosas que fueron muchas la jóvenes de la localidad en las que se despertó la vocación religiosa, siendo todavía hoy en día la población de Mallorca que más religiosas tiene en la congregación.

El fundador de la congregación, el canónigo de la Seu de Mallorca Sebastià Gili, decidió fundar el convento, siendo la segunda casa de dicha congregación. El motivo no era otro que atender a los enfermos, pero poco a poco también se dedicaron a la enseñanza. Allí aprendió sus primeras letras Mossèn Llorenç Riber, como narra en la Minyonia d'un infant orat.

Hasta la pasada Semana Santa de 2019, el convento ha tenido las puertas abiertas gracias a las tres últimas religiosas que han residido en él durante muchos años. Pero la elevada edad (más de 90 años) de alguna de ellas ha motivado que se tomara la decisión de cerrar después de 145 años. A buen seguro que las inquilinas del lugar nunca hubieran querido dejar Campanet. Este último lunes de Pascua todavía recibieron a los quintos de Campanet, que interpretaban una canción especial para ellas, Ses Tres Maries. Un hecho que ya no se repetirá en la localidad campanetera.

Las monjas habrán formado parte de la historia del pueblo, una historia que acaba con el cierre del convento que durante tantos años fue casa de encuentro y acogida para atender a quienes solicitaban su ayuda.

Muchos vecinos sienten un gran aprecio por su labor y recuerdan principalmente a las que han permanecido estos últimos años en la localidad.

Los mayores del pueblo, mientras, recuerdan sobre todo a la centenaria sor Maria de Cura por la venta de dátiles o a sor Anna por atender únicamente a los niños en su etapa preescolar. Así finaliza una trayectoria de casi 150 años.

Historia

Fue el 20 de abril del año 1874 cuando las monjas Agustinas se instalaron en Campanet y fueron recibidas con todos los honores tanto por el Ayuntamiento y el clero como por parte de la población.

Inicialmente residieron en una vivienda que se les había adecuado pero poco a poco se procedió a la construcción de lo que hoy es el actual convento, construido entre los años 1875 y 1877, siendo el 7 de enero de aquel año cuando se dieron por acabadas las obras.

Mientras que unos años más tarde, en 1921, se empezó a construir la capilla que está a uno de los lados del mismo, finalizando las obras en el año 1923.

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