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Lletra menuda

Efectos de la tempestad periódica

Ante la contundencia de fenómenos naturales no se puede hacer nada, solo asumirlos y gestionarlos, decía ayer, serena ella, la alcaldesa de Santanyí, Maria Pons. En esta labor están ahora los municipios del Migjorn porque el núcleo duro del temporal del martes se cebo con ellos.

El hecho es que entre cambio climático, condicionantes mediterráneos, costa sobreocupada, torrentes olvidados y agricultura abandonada ya no hay coletazo de verano ni otoño sin inundaciones o vendaval devastador.

Ya sabemos cómo las gasta la vengativa naturaleza cuando se vuelve reivindicativa y arrolladora. No se podrá prescindir de esta realidad al actualizar o proveer nuevas infraestructuras y dictar normas urbanísticas. La tormenta no necesita aliados de permisividad o manga ancha con el cemento y la maleza.

No sabemos dónde caerá la caótica tempestad, pero sí que no siempre se diluirá en el ancho mar. Tampoco podemos domesticarla. El único recurso es facilitarle el paso lo más rápido posible y estar aprovisionados para saber reaccionar.

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