El alcalde de Manacor, Miquel Oliver, acompañado por el actual delegado del Cementerio Municipal, Carles Grimalt y de la concejala de Urbanismo, Núria Hinojosa, comparecieron ayer ante los medios de comunicación para intentar arrojar más luz al macabro descubrimiento de más de 200 cuerpos y restos de cadáveres sin sepultar en tres salas diferentes del camposanto.

Todos ellos coincidieron en señalar que todo es fruto continuado de "una gestión irregular y una negligencia grave, puesto que la situación era conocida internamente por técnicos y políticos era conocida internamente por técnicos y políticos durante todo este tiempo y estamos hablando de casi 40 años".

El hallazgo de estas tres salas irregulares que contenían "cadáveres en cajas de novopan en hileras de diez por siete, algunos en estado de momificación", apuntó Grimalt, ha sido el inevitable tema de conversación en el municipio desde que saltó la noticia el pasado jueves.

Según han explicado los actuales responsables políticos estos restos provienen del denominado Parterre 15 de Son Coletes, que en 1982 se encontraba en una mala situación estructural y debía ser reformado. Para ello el consistorio manacorí de entonces aprobó la construcción de un almacén para el traslado de los cadáveres mientras duraran las obras. "El problema es que nunca volvieron a su lugar", apuntó ayer Oliver "y es más, curiosamente esos nichos pasaron de ser de alquiler a ser vendidos".

En octubre de 1983, tres días después de que el cargo de sepulturero pasara de Sion Martí Vives a su hijo Sion Martí Ferrer, el alcalde, Gabriel Homar, solicitaba que los cuerpos volvieran a su lugar de origen, sin que ello se cumpliera. "Son muchos años y mucha gente que lo sabía pero que no hizo nada. Un anterior delegado del Cementerio me ha dicho estos días que hemos cometido el error de abrir esas salas", comentaba Oliver, en referencia clara al conocimiento de los anteriores responsables. "Ojos que no ven, corazón que no siente", remataba Hinojosa al intentar explicar las razones por las que este entuerto ha sido ocultado durante tantas décadas.

Carles Grimalt incluso se contestaba a sí mismo: "¿Por qué yo no lo sabía hace cuatro años cuando estuve 144 días como responsable político (después sustituido mediante una moción de censura en 2105), muy sencillo, porque lo primero que le dije a Sion Martí (que murió hace dos años y sobre el que ahora recaen muchas sospechas) era que no podía vender ni mármoles ni cirios por cuenta propia en el cementerio, con lo que se molestó y cada cosa que le tuve que decir a partir de entonces la tuve que registrar por escrito". "Desde luego no era el empleado del mes", ironizaba.

Preguntado sobre el número exacto de cuerpos hallados, el alcalde dijo que "no hemos vuelto a entrar en las salas, que están precintadas. Una vez terminada la investigación documental serán nuestros servicios técnicos y jurídicos los que estimarán la manera más adecuada de normalizar la situación", en colaboración con la Policía Científica y el juzgado de instrucción de Manacor.

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