Finalmente, las obras de restauración de uno de los muros del camino medieval de Binissalem han sido paralizadas. Después de que técnicos del Consell de Mallorca acudieran al lugar y posteriomente mantuvieran una reunión con la propiedad, así se acordó. Cabe recordar que el motivo de dicha paralización fue por no cumplirse los requisitos exigidos desde el Ayuntamiento, esto es, que el muro fuera reconstruido con pared de piedra como la ya existente y utilizando barras de madera y no de hierro para instalar la rejilla, según se indica en la documentación emitida por el Comité Técnico Municipal de Patrimonio.

La propiedad reconoce su error por un descuido al haber instalado barras de hierro, pero matiza que, en la reunión mantenida, los técnicos del Consell no terminaron de dejar claro qué tipo de actuación deberá ejecutarse a partir de ahora. La propiedad afirma que en la solicitud que hizo en su momento al consistorio expuso que restauraría el muro coronándolo con cemento, ya que ha adquirido la finca colindante, conocida como sa Torre, de unas 30 hectáreas, donde tiene previsto disponer ganado vacuno de raza Angus. Se trata de un tipo de animal de grandes dimensiones y peso -600 kilos como mínimo-, y que tiene por costumbre arrimarse y frotarse contra las paredes, de manera que eso podía suponer un peligro de derrumbe en caso de que el muro sea de paret seca.

Desde la propiedad, tienen claro que sí sustituirán las barras de hierro por otras de madera. También afirman que no van a deshacer ni rehacer de nuevo ni un metro de los 400 metros de muro ya restaurado. En todo caso, apuntan, el que deberá hacerse cargo tendrá que ser el Consell.

Por su parte, fuentes de la entidad insular afirman que el camino medieval figura como elemento patrimonial de Binissalem y por ello van a iniciar el proceso de declararlo Bien de Interés Cultural (BIC).

Asimismo, desde el Consell también sostienen que quien debe hacerse cargo de deshacer y rehacer de nuevo el muro -sin usar cemento, se entiende- es la propiedad. En todo caso, unas obras que podrían tener un coste superior a los 80.000 euros, según explican desde la propiedad, y que, de no ponerse de acuerdo ambas partes, el proceso definitivo de restauración podría demorarse años.

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