Los desmanes de la juventud británica en Magaluf constituyen uno de los grandes temas mediáticos del verano, codo con codo con la saturación, la Familia Real o los fichajes del Mallorca. Borracheras, escenas de sexo al aire libre, actitudes incívicas, peleas... El inventario de excesos es amplio, pero no tanto como para llegar a ocultar el hecho de que, en ocasiones, esa misma juventud británica puede protagonizar historias de solidaridad que no alcanzan tanta repercusión mediática.

Éste es el caso de los siguientes protagonistas. Se trata de un grupo de estudiantes universitarios que durante unos días se han dedicado a ayudar a sus compatriotas en Magaluf, en colaboración con Street Angels Spain, una asociación que ya lleva años asistiendo en esta localidad a jóvenes en dificultades mientras están de marcha.

Los estudiantes procedían de la Montfort University de Leicester y estuvieron acompañados por tutores de un curso de 'Salud y bienestar en la sociedad'. En sus salidas con los voluntarios de Street Angels, hacían turnos entre las tres y las siete de la madrugada, es decir, cuando la resaca de la fiesta se empieza a notar en esa Meca del exceso que es Magaluf.

Escuchar y ver

"Yo había escuchado hablar de la reputación de Magaluf, pero escuchar no es lo mismo que ver. Son dos cosas totalmente diferentes. Me chocó el comportamiento [de los turistas], pero también sentí compasión para ayudar. Volvería de nuevo para echar una mano", manifiesta una de las estudiantes que participó en la iniciativa, Sue Litchfield; un testimonio que ha difundido la web de la universidad de Leicester.

Entre los asistidos por los estudiantes británicos estuvo un joven totalmente inconsciente que encontraron en la calle. Los jóvenes voluntarios le asistieron, llamaron a una ambulancia para que se lo llevasen y miraron de averiguar en qué hotel se alojaba.

Ayudaron también a una mujer que se había hecho un corte en el pie con un cristal y vendaron el tobillo maltrecho de un hombre que había tropezado en su periplo nocturno.

A los universitarios les sorprendió que sus compatriotas se mostrasen tan despreocupados en cuestiones básicas de seguridad mientras estaban de marcha en Magaluf, a diferencia de lo que harían en su país de origen, tal y como detalla Litchfield.

"Todos los estudiantes aseguraron que habían recibido una buena acogida durante su experiencia en Magaluf. Incluso uno de nuestros estudiantes fue reconocido cuando estaba en el aeropuerto de East Midlands por un turista al que había auxiliado", afirma una de las tutores que acompañó al equipo, Zaqia Rehman, quien explica qué les movió en un principio a organizar este viaje a Mallorca. "Decidimos venir después de ver las noticias sobre los turistas jóvenes británicos que caen desde los balcones por imprudencias y por comportamientos atribuidos al consumo de alcohol", manifiesta Rehman.

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