Las lágrimas de San Lorenzo llegaron anoche a la Tierra, cuando el planeta atravesó una nube de polvo estelar y provocó que el cielo llorara brillantes chispazos. Por suerte, este fenómeno estival no es espontáneo y no pilló desprevenido a nadie. Así, fueron más de trescientos curiosos los que pudieron acudir al Observatorio Astronómico de Mallorca para poder disfrutar de la velada más galáctica del verano.

El centro astronómico, situado en Costitx, fue un punto perfecto para poder disfrutar de la lluvia de estrellas, cuyo momento de máxima actividad se dio entre el 11 y el 13 de agosto. Así, la madrugada de ayer fue el punto más álgido de este acontecimiento estelar, que este año sucedió bajo una mayor incertidumbre debido a la luna creciente.

Decenas de personas hicieron cola a la puerta del observatorio a partir de las 22 horas para admirar desde el primer momento la caída de los meteoros, que no llegarían hasta pasada la madrugada. Aunque el máximo teórico se preveía hacia las dos, finalmente se retrasó hasta las cuatro y media, momento en que algunos dispuestos a desvelarse disfrutaron de este festival astral que nunca decepciona.

Nada más abrir las puertas del observatorio de Costitx, los asistentes fueron pasando por turnos, donde se les hizo una sesión especial de las Perseidas antes de admirarlas. Se hizo una introducción del fenómeno y se explicó su evolución a través de un simulador especial que ofreció una vista muy realista del cielo de verano. La Osa Mayor apareció en el cielo ficticio del planetario ante los sonidos de emoción de los visitantes.

A continuación, se realizó un paseo por el 'Món Voyage', un tour por los telescopios que posee el observatorio y entre los que destacó el Gran Blanco, cuya presentación fue uno de los momentos estrella de la cita. El telescopio ocular de gran campo sirvió para que los amantes de la astronomía pudieran observar el firmamento.

La jornada estelar continuó en el Astro Esplai, donde las vistas a la Luna, Júpiter y Saturno se pudieron disfrutar a través de tres cúpulas abiertas que ofrecieron una perspectiva única del espacio. Para una experiencia al completo, lo siguiente fue una proyección de imágenes y paseos de la Luna en la pantalla exterior del ágora.

Cabe destacar que las Perseidas comienzan habitualmente a observarse hacia el 17 de julio y terminan hacia el 24 de agosto. Su alta actividad, junto con las condiciones atmosféricas favorables para la observación durante el verano boreal, hace de las Perseidas la lluvia de meteoros más popular y la más fácil de observar respecto a las que tienen lugar a lo largo del año. Aunque este 2019, será difícil observarlas porque habrá Luna llena el 15 de agosto, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN).

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