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Urbanismo

El alcalde de Binissalem ve imparable la segunda fase del polígono industrial

El primer edil Víctor Martí confiesa que "lo único que podría frenar su ejecución sería pagar unos cuantos millones de euros en indemnizaciones"

La última calle del polígono, a partir de los árboles empezará la segunda fase. jaume canut

Después que los seis propietarios de los terrenos que ocupan lo que quedó designado, en las Normas Subsidiarias de 2008, como segunda fase del polígono industrial se constituyeran como Junta de compensación y presentaran en el Ayuntamiento, hace un año, la documentación para poder sacar adelante el proyecto, todo apunta a que la urbanización y reconversión de esta zona en espacio destinado a industria y empresas está un poco más cerca.

Según explica Joan Pujol, uno de los promotores, después de haber pasado el plazo de seis meses sin haber recibido respuesta por parte del Consistorio, a causa de falta de personal debido a las bajas que ha habido en los últimos meses -en especial la de la secretaria, tal y como apuntan el alcalde y el arquitecto municipal- la tramitación del proyecto pasó al Consell de Mallorca, entidad que tiene potestad para conceder el permiso para que esta segunda fase se pueda ejecutar.

En total, según describe Pujol, se trata de unos 135.000 metros distribuidos en parcelas, un tanto por ciento de las cuales son de 1.000 metros, lo que ha motivado que más de una veintena de empresarios del pueblo presentaran solicitud para trasladar allí su empresa. A estos, se añaden otras empresas de otros municipios, algunas de gran envergadura. Pujol dice que el hecho de haberse superado la crisis económica ha sido decisivo para que ahora el proyecto pueda llevarse a cabo.

Cabe indicar que de los 135.000 metros mencionados, una vez se hayan creado calles y aceras quedarán 75.000, que son los que serán destinados a naves industriales, y de estos, 10.000 corresponden al Ayuntamiento. Según explica el alcalde, Víctor Martí, estos 10.000 metros podrían suponer una buena oportunidad para edificar la residencia para personas mayores, siempre y cuando el solar que les corresponda esté situado en un lugar lo suficientemente adecuado para la construcción de estas nuevas dependencias.

En definitiva, desde el equipo de gobierno de Unió per Binissalem ven imparable la urbanización de esta segunda fase. De hecho, según explica el alcalde, lo único que podría frenar su ejecución sería pagar unos cuantos millones de euros en indemnizaciones, un precio que, a día de hoy, el ayuntamiento de Binissalem no se puede permitir, dice Víctor Martí.

Protestas

Con todo este escenario por delante, es muy posible que las protestas de colectivos ecologistas, como GADMA, también se hagan notar. Su portavoz, Bernat Fiol, ha declarado que esta segunda fase, de llevarse a cabo, supondrá un consumo de territorio desmedido y desproporcionado.

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