Anoche se celebró en Bodega Ribas (Consell) un nuevo principio: se presentó en sociedad el nuevo edificio realizado por el estudio del arquitecto Rafael Moneo, Premio Pritzker en 1996, quien, en todo momento, dio protagonismo a los directores de obra, Clara Moneo y Valerio Canal. El proyecto es un edificio totalmente nuevo de 800 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, dos de ellas subterráneas. Allí se producirá el vino blanco y el rosado, ya que requieren más control climático y lumínico. Esto permitirá que la producción de Bodega Ribas aumente un 20 por ciento, y podrían llegar a salir unas 200.000 botellas, siguiendo el método de producción tradicional. "Este nuevo edifico ayudará a la bodega a elaborar el vino de una manera más sostenible, más eficaz y, por lo tanto, se ofrecerá un producto de mayor calidad", afirman desde Bodega Ribas. El vino tinto seguirá produciéndose en la bodega original, una posesión que data del siglo XVIII.

Según explicaron los arquitectos, acompañados en todo momento por Araceli y Javier Servera Riba, la nueva construcción se planteó desde el principio respetando el espacio histórico y agrícola, toda la "realidad existente", como dijo Rafael Moneo. Así, no ha sido necesario talar ni uno solo de los cipreses que rodean el edificio. Se trata de una nave diáfana con una cubierta de dos aguas. El reto, especificaron Clara Moneo y Valerio Canal, fue proyectar el edificio "según las características del entorno y las necesidades de la bodega y la producción de vino". La apariencia exterior de la construcción se asemeja a los ya existentes ya que se ha alzado a partir del sistema de mampostería. Mientras, el interior sorprende por su aspecto futurista, conseguido gracias a una arquitectura realizada en hormigón blanco vestido combinado con madera y azulejos de diferentes tonalidades, apostando claramente por aunar en un mismo espacio tradición y contemporaneidad.

Algo que destacó el premiado arquitecto fue el precisamente el desarrollo del interior de la bodega, que calificó de "extrema complejidad" porque tiene que "dotar a la bodega de las condiciones favorables para la producción del vino". Además, añadió que "la bodega no es un edificio tan amplio y, sin embargo, hay tantas funciones y servicios a los que atender que [estando dentro] parece que estemos en muchos sitios distintos". Moneo, que tuvo tiempo de hacerse todas las fotos que le pidieron sus adeptos, agradeció a Bodega Ribas que contaran con él. "Para mí es una suerte trabajar en Mallorca, este tercer proyecto que realizo aquí [lleva su firma uno de los edificios de la Fundació Miró Mallorca y un encargo particular] redondea el rastro que dejo en la isla", un lugar que lleva visitando más de 40 años y del que destaca su "hospitalidad".

La familia Ribas se declaró fiel seguidora del trabajo de Moneo, que ya había realizado varios proyectos en bodegas: "La decisión de confiar en él era bastante evidente".

No podía ser de otra manera: en la fiesta de anoche, que animó la música de Biel Ballester Trío, no faltó vino. De la cena informal y distendida que pudieron disfrutar sumillers, bodegueros, arquitectos y demás invitados, se encargó el chef Andreu Genestra.

Uno de los espacios del interior de la bodega. B. Ramon