La reapertura del convento de Petra es la única maniobra de este signo que logra culminar el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. No han corrido la misma suerte las prometidas renovaciones, tras el abandono de sus congregaciones residentes, en las Jerónimas de Palma, las Concepcionistas de Sineu o la ermita de Betlem, en Artà. En los tres casos, los conventos permanecen cerrados desde hace ya varios años y sin visos por el momento de que sean ocupados por nuevas órdenes.

Además de los casos citados, Taltavull ha tenido que dar prioridad en los últimos meses al relevo en Lluc de los Misioneros de los Sagrados Corazones, popularmente conocidos como frailes coritos.

El nombramiento del hasta ahora párroco de Sóller y Bunyola, Marià Gastalver, como nuevo prior del santuario, obliga a hacer cambios: el rector de Llucmajor, Eugeni Rodríguez, será el encargado de sustituirle. Todo apuntaba a que el rector de Campos y ses Salines, Francesc Munar, iba a relevarle en Llucmajor, pero la operación finalmente se ha truncado.

Si el guión no se tuerce, en las iglesias de Sant Sebastià y Beat Ramon Llull de Palma -donde su párroco, Antoni Burguera, también se marcha a Lluc-, el nuevo rector será el corito Gaspar Alemany.

El obispo ultima estos días varios nombramientos más. Se prevén cambios en Santa Maria, Consell, Llubí, Sineu y Porreres, entre otros pueblos. En Manacor, el párroco Antoni Amorós anda algo dolido porque envían al joven vicario Francesc Xavier Riutort a estudiar a Roma, y no le mandan a otro ayudante.