Muro es un municipio de los que más invierten en el cuidado y seguridad de sus playas. Los diferentes planes anuales suponen una inversión que ronda los 400.000 euros para sus cinco kilómetros de playa.

Una de las iniciativas más curiosas, que se ha puesto en funcionamiento este año es la denominada llesques per llosques, haciendo un juego de palabras divertido que se traduce al castellano como 'rebanadas por colillas'.

Un día de cada mes de este verano se organiza una jornada en la que pueden participar cuantos voluntarios lo deseen. Su cometido es el de recoger las colillas de cigarrillo que encuentren en la playa y las entreguen a las autoridades. A cambio son invitados a un almuerzo de pa amb oli.

Las colillas que se están recogiendo se guardan con la finalidad de amontonarlas el último día de la campaña. Se pretende todo el mundo de haga una idea de la ingente cantidad de residuos de este tipo que se dejan a diario en nuestras playas.

Ya se han realizado dos jornada, la última hace sólo unos días, y el montón de colillas conseguido es tan significativo como preocupante. Es en el filtro de los cigarros donde, según un informe del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, se acumula una gran parte de los componentes nocivos del tabaco, que además se liberan en contacto con el agua. Hablamos de acetona, amoniaco o naftalina, compuestos presentes en algunos productos de limpieza del hogar, pero también de arsénico, polonio, metanol, disolventes industriales o elementos radiactivos.

En este sentido, la entidad ecologista SEO/BirdLife recuerda que las colillas contienen sustancias que, al entrar en contacto con el agua, ocasionan efectos devastadores en la naturaleza y envenenan a moluscos, peces, reptiles y aves.

Afirma que cada colilla puede contaminar entre 8 y 10 litros de agua del mar y hasta 50 litros si se trata de agua dulce, y su ingesta puede ser una causa de mortalidad directa en aves y cetáceos.

Simulacro con las novedosas balizas flotantes

Este fin de semana se llevaron a cabo varios simulacros en Platja de Muro. En uno de ellos, dos personas quedaban atrapadas en una corriente de retorno, las cuales se ayudaron de unas balizas flotantes, a la espera de ser rescatadas por el Servicio Público de Salvamento. Las dos personas sufrieron un ataque de ansiedad y una de ellas, al salir del agua, entró en una parada cardiorrespiratoria. La pareja de la víctima sufrió una situación de estrés en la que fue necesaria la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para que los socorristas y sanitarios pudieran trabajar. En esta simulación se utilizaron por primera vez en Balears balizas flotantesbalizas flotantes, colocadas en corrientes de retorno como medida de seguridad pasiva para personas atrapadas en corrientes.