La fiesta de las Colles de Santa Maria, uno de los actos más esperados de las fiestas, convocó ayer de forma masiva a los jóvenes de la localidad [vea aquí las imágenes. La edición de ayer es la número treinta de esta peculiar celebración. El premio que obtiene la colla ganadora es la de pronunciar el pregón de fiestas el año siguiente.

Los componentes de las diferentes colles se congregaron a lo largo de la mañana para participar a mediodía en una comida de hermandad. Unos se dieron cita en alguno de los restaurantes del pueblo mientras que otros celebraron su comida de compañerismo en algún domicilio particular.

Por la tarde fueron concentrándose en la plaza dels Hostals. A las 18 horas llegó un camión cisterna que los participantes usaron para darse un baño entre bromas y risas. Cada colla desfiló a continuación por la calle Llarg. Portaban carritos de supermercado con las bebidas para los integrantes y recargas de agua para las pistolas con las que iban remojando a otros componentes y a espectadores.

En la edición de ayer se contó con la incorporación de dos colles nuevas. Es un signo claro de que la fiesta va progresando.

Los juegos populares se celebraron en la plaza Nova. Éstos comenzaron a las 19 horas. Un participante diferente de cada colla compitió en los diversos juegos preparados. Las actividades fueron juegos populares como las típicas carreras de sacos, tirar de una cuerda o subir por un poste enjabonado. Cada prueba tenía una puntuación.