Este constructor de instrumentos afincado en Maria de la Salut se ha especializado en guitarras eléctricas. Apunta que un buen luthier debe escuchar lo que quiere el cliente para que el instrumento sea de su agrado. También considera importantes las horas dedicadas a la construcción de un instrumento, ya que es un factor determinante a la hora de valorar la calidad del producto.
P ¿Cómo definiría su profesión, qué es un luthier?
R Es una persona que construye, ajusta o repara instrumentos de cuerda frotada y pulsada como guitarras, violines, violas... Un oficio que fue mutando con el paso de los años y la globalización. Hoy en día habría que separarlos en clásicos, contemporáneos y pseudos.
P ¿Cómo empezó en el trabajo?
R Había dado mis primeros pasos como una afición. Trabajando en una multinacional con un cargo jerárquico no me sentía feliz y empecé a hacer mis primeros trabajos también por hobby para venderlos hasta que un día me lancé de lleno con lo que el corazón pedía y no la razón. Dicen que la parte emocional del cerebro siempre se impone sobre la racional y gracias a Dios que es así.
P ¿Quiénes fueron sus maestros en este oficio?
R Aprendí lo que estaba mal y lo que estaba bien, más de los propios músicos que de la escuela de luthería.
P ¿Es un oficio o un arte, a su entender?
R Un arte, aunque para ser competitivo hoy en día y vivir de esto hay que transformarlo en un oficio, igualmente todavía tiene mucho de arte por encima del oficio. Y está en cada uno no perderlo.
P ¿Tiene muchos clientes?
R Gracias a Dios, sí.
P ¿Cuáles son los trabajos que realiza con más frecuencia?
R La construcción de guitarras eléctricas, hoy en día todo mi trabajo está abocado a ello.
P ¿Por qué una guitarra es mejor o peor que otra?
R En la mayoría de los casos, ante la misma calidad de materiales influye la dedicación humana que se haya invertido en la construcción del instrumento.
P ¿Puede dar un buen rendimiento un instrumento de precio módico?
R Claro que sí, por lo menos en estos tiempos. Hace 30 años atrás le hubiera contestado que no.
P ¿Hay mucha diferencia entre el mercado sudamericano y el europeo?
R No, el músico maneja un idioma universal.
P ¿Por qué tengo que comprarle una guitarra a usted?
R Porque escucho lo que buscas [forma parte del trabajo de luthier] y entiendo lo que estás buscando. Hago al cliente partícipe de la creación de su futuro instrumento, que es lo que no me pasaba a mí cuando iba a comprar una guitarra. "Roja no queda", decían, y cuando llegaba a casa y tenía una negra, que era el único color que quedaba, decía... pero si yo la quería roja. Debe haber un complot universal, creo yo, para que las tiendas de instrumentos de las grandes ciudades traten mal al cliente.
P ¿Fender o Gibson?
R ¿Barcelona o Real Madrid? ¿BMW o Mercedes Benz? Para unos Gibson, para otros Fender. Para mí, Fender. Ojo, que por ejemplo la Stratocaster, que es su modelo icónico, es mucho más ingrata que la Gibson, pero igualmente yo la sigo prefiriendo.
P ¿Es usted músico también?
R Construyo mejor la guitarra de lo que la toco. Igual de pequeño siempre me llamó más la atención el instrumento en sí que lo que podía tocar con él.
P ¿Hay que ser músico para ser un buen luthier?
R Sería muy difícil construir un buen instrumento sin tener conocimientos de música. No hay que ser un virtuoso, pero creo que no podrías ver el talón de Aquiles del instrumento que construyes si no sabes de música.
P ¿Cuáles son los instrumentos más difíciles de fabricar?
R Todos los luthiers siempre tenemos ese proyecto en la cabeza que nunca se termina y queda relegado por diferentes razones, ese es el más difícil en mi caso.
P ¿Cuál es su preferido?
R La guitarra.
P ¿Qué maderas son las mejores para los distintos instrumentos?
R Según lo que busque el cliente. Y creo que eso es lo más difícil de aprender y que nadie te enseña, cuando tienes el tablón en la mano [el paso siguiente al tronco caído], saber para qué lo vas a usar.
P ¿Dónde tiene su mercado preferido?
R No tengo.
P ¿Cuántos instrumentos calcula que ha fabricado desde que se dedica a este trabajo?
R Desde el tronco, he construido entre 350 y 400 guitarras. Que estén numeradas, hay unas 270.
P Fran J. Marber dice que "el trabajo de luthier es muy parecido al de escritor". ¿Está de acuerdo con esa afirmación?
R Nunca trabajé de escritor, pero lo compararía más al de pintor.
P ¿Tan extraordinario es un Stradivarius?
R Sí, pero porque tiene 300 años en el podio, y su mito ya forma parte de la cultura popular, pero hay luthiers hoy en día que construyen mejores violines.
