Junts Avançam, en la oposición de Pollença, lamenta que "proyectos con un amplio consenso social como es el de la reforma de la antigua pescadería sean paralizados por el nuevo alcalde, Tomeu Cifre, al frente de la coalición: Tots per Pollença-Unió Mollera Pollencina-PP".

La ejecución de este proyecto de rehabilitación supuso el hallazgo de unos importantes restos arqueológicos consistentes en un cementerio islámico. Ciertamente la excavación de estos restos supuso un coste, "pero un coste invertido en la recuperación de la historia de Pollença", sostienen desde Junts.

También supuso la ralentización de las obras, a pesar de que una vez completada la excavación estaban en disposición de ser continuadas después del verano y acabarlas dentro de este año. "Si se hace un proyecto nuevo se llegará al próximo verano sin haberse completado las obras, con el perjuicio que esto supone para la imagen del centro del pueblo", dice.

"Las excusas que da el alcalde de que se ha derribado la pescadería no son ciertas, puesto que se desmontó la cubierta de uralita y una pared de marés lateral", agrega.

La formación ve, "con preocupación", que el alcalde pretende un nuevo proyecto "eliminando cualquier vestigio de la antigua pescadería y cualquier tipo de respeto al material y al volumen original, tal y como preveía el proyecto de reforma. Pollença ya ha sufrido otros casos de eliminación del patrimonio, como por ejemplo los abrevaderos del Lleó. Lo sorprendente es que en pleno siglo XXI sea el propio Ayuntamiento quien mantenga este tipo de prácticas".

Subvención

La eliminación del proyecto de reforma supondrá inevitablemente la pérdida de la subvención del Consell de Mallorca, consistente en 138.000 euros, puesto que se concedió a un proyecto de reforma determinado, y no por un edificio de nueva planta. "Lamentamos que Cifre anteponga los intereses partidistas al interés general del pueblo y la historia del municipio y lo instamos a una reflexión y reconsiderar esta decisión tan desafortunada", concluye.

El alcalde apunta que el proceso de reforma "estará paralizado unos seis meses" a la espera de la elaboración de un nuevo proyecto por parte de los servicios técnicos municipales. Para ello, será preciso anular el contrato con la empresa constructora, un trámite que intentará hacerse "de mutuo acuerdo". Explica que una parte del presupuesto, cifrado en unos 220.000 euros, se destinó a costear las excavaciones arqueológicas.