Uno de los proyectos estrella de las últimas dos legislaturas, la reforma de la vieja Peixateria de Pollença y el edificio anexo del antiguo cuartel de la Policía Local, ubicados en la céntrica Plaça Major, ha sido paralizado por el nuevo equipo de gobierno (Tots per Pollença, UMP y PP) a la espera de redactar un nuevo proyecto que pasará página al diseño elaborado por el anterior gobierno local presidido por la izquierda.
Hace unos días, el ayuntamiento de Pollença habilitó un nuevo vallado del espacio para impedir la entrada a la zona de obras y tapar la "imagen tercermundista" que, según el alcalde Tomeu Cifre (Tots per Pollença), ofrecen los edificios de la pescadería y el cuartel anexo tras las obras ejecutadas y no finalizadas por el anterior equipo de gobierno.
El regidor apunta que el proceso de reforma "estará paralizado unos seis meses" a la espera de la elaboración de un nuevo proyecto por parte de los servicios técnicos municipales. Para ello, será preciso anular el contrato con la empresa constructora, un trámite que intentará hacerse "de mutuo acuerdo".
Cifre explica que una parte importante del presupuesto de las obras de reforma, cifrado en unos 220.000 euros, se destinó a costear las excavaciones arqueológicas que tuvieron que realizarse cuando se descubrió la existencia de un antiguo cementerio musulmán en el subsuelo del edificio del viejo cuartel de la Policía Local. El alcalde calcula que los sondeos arqueológicos tuvieron un coste de unos 40.000 euros.
Cifre añade que la empresa constructora ha descartado la posibilidad de modificar el proyecto existente, ya que este superaría el máximo del 20 por ciento del valor del proyecto. La alternativa pasa por redactar un proyecto diferente al actual para "levantar un edificio totalmente nuevo" que sería destinado a servicios municipales.
De esta forma, el ayuntamiento de Pollença aparca uno de los proyectos más esperados por el municipio y que pasa por dar un nuevo uso a uno de los edificios más emblemáticos del centro de la localidad.
Cabe recordar que hace dos legislaturas se realizó un concurso de ideas para acometer la reforma que posteriormente fue anulado en el pasado mandato por el gobierno local presidido por Miquel Àngel March, que no tuvo tiempo de finalizar el proyecto debido al hallazgo de restos arqueológicos. Ahora, el contador vuelve a ponerse a cero.
