Jorge Campos y Miquel Mir, flamante conseller de Medio Ambiente, se han enzarzado hoy en una polémica a cuenta de la posidonia. Campos ha censurado que la "inacción" del Govern ha convertido la playa de Sa Ràpita en un "lodazal" de "posidonia en descomposición" que está afectando al sector turístico. Una afirmación que, según Mir, pone de manifiesto "la ignorancia" del ultraconservador.

La polémica surge con la publicación de un vídeo en las redes sociales en el que el líder de Vox rcritica el estado en el que se encuentra sa Ràpita. "Esta playa, una de las más espectaculares de Mallorca, la encontramos echa un lodazal. Para entrar en el agua hay que llenarse de algas hasta la rodilla", explica Campos.

Al perjuicio sufrido por los bañistas, Campos suma el que, a su juicio, sufre el sector turístico. " Vemos cómo los negocios de hamacas y sombrillas están completamente vacíos porque, lógicamente, la gente no viene aquí". En un comunicado, el partido asegura que las pérdidas de los empresarios de la zona " llegan en algunos casos al 70 por ciento".

Ante esta situación, el partido ultraconservador critica que el Govern de Francina Armengol se pliegue "a las peticiones de colectivos radicales" como Terraferida que "le ordena dejar la posidonia podrida en las playas en pleno verano". "Si la política de Armengol es echar a los turistas lo está consiguiendo", han censurado.

La respuesta del Ejecutivo autonómico no se ha hecho esperar. "Jorge Campos ha expuesto de nuevo más su ignorancia", ha replicado el nuevo conseller de Teritorio y Medio Ambiente, Miquel Mir. "Es triste que todo un diputado del Parlament se dedique a menospreciar una de los bienes más preciados de las islas.

En su cuenta de Twitter, el conseller ha señalado en respuesta a Campos que "sin posidonia no habría "ni las playas ni las aguas cristalinas" y, por lo tanto, "no habría turismo".

El líder de Vox no se ha quedado callado y ha insistido en que el Govern "se está cargando las playas, el medio ambiente en general, y el turismo". "Mantener las playas limpias, libres de mosquitos y malos olores por la descomposición orgánica, se soluciona trasladando de la orilla a otra zona donde no produzca un impacto negativo para el turismo y para los residentes, como a las zonas de vegetación de la playa".

De esta manera, dice que "una vez finalizada la temporada alta se restituye en la orilla" para que cumpla su "función durante el invierno". "Así es como debe hacerse, otra cosa es que apliquen criterios ideológicos para acabar con un modelo económico que nos ha dado la mayor riqueza y desarrollo conocidos", ha aseverado Campos.