La campaña de recolección de aceituna se verá mermada por la climatología, en tanto que la escasez de lluvia provocará un descenso en la producción de los olivos en la Serra de Tramuntana. Las previsiones son que la producción caiga un 50% respecto a una temporada normal.
Miquel Gual, presidente de la cooperativa agrícola Sant Bartomeu de Sóller, manifiesta su preocupación por la evolución de la próxima campaña "ya que estamos a expensas de una climatología que ahora mismo no nos es favorable". Explica que muchos de los milenarios olivos de la Serra están sufriendo la falta de lluvias, un hecho que se traduce en una falta de crecimiento "normal" de la aceituna que actualmente se encuentra en una fase inicial tras la floración de los olivos en abril.
El experto considera que esta falta de lluvia "acabará por reducir la cosecha a un 50% de lo que hubiera sido lo normal fruto de este déficit hídrico considerable". Como consuelo de los productores, "la campaña será mejor que la del año pasado, cuando los olivos solo proporcionaron un 30% de aceituna por ser un árbol vecero".
Por si fuera poco, lamenta Miquel Gual,la falta de lluvias no es el único problema que presenta el olivar de montaña en la Serra de Tramuntana. Estas semanas muchos árboles han perdido parte de sus hojas como consecuencia del hongo del repilo del olivar, una plaga que se ha extendido en amplias zonas de la Serra tras haberse registrado un invierno cálido.
Se trata de un hongo que debilita el árbol y afecta a la cosecha porque el olivo pierde parte de su fruto.
De confirmarse las previsiones que arroja la cooperativa de Sóller, la Serra encadenará dos cosechas malas en la recolección de aceituna y la producción de aceite de oliva. Esta situación contrasta con la vivida en el año 2017, cuando los olivos de la Tramuntana proporcionaron una cosecha de récord y de gran calidad.
Esta situación no afecta, en cambio, a las plantaciones de olivos que hay en el Pla y Llevant de Mallorca porque tienen el agua asegurada mediante sistemas de regadío.
