La vigésimo octava edición del popular concurso de Cant de Galls de Son Servera repartió de nuevo suerte dispar entre sus participantes. Los gallos Picón y Xicoleta, inscritos por Rafael Nicolau de Manacor, acabaron consiguiendo el primer y segundo puesto, con 154 y 97 cacareos respectivamente. La tercera posición fue para la gallinácea de nombre Gabellí, propiedad de Xisco Muñoz, que cantó en 82 ocasiones.

Esta edición del concurso fue una de las más participativas, llegando a inscribir a 24 ejemplares. Y aunque se contó con la presencia de muchos gallos locales, también hubo representación (además de los ganadores de Manacor), de Palma, Montuïri, varios de Artà y Capdepera. Los tres primeros clasificados se llevaron un trofeo y una ensaimada cada uno. Por primera vez, ningún ejemplar local consiguió alcanzar el podio de los vencedores.

En esta ocasión, los dueños de las aves olvidaron al inscribirlas el mundo de los futbolistas de renombre mundial y optaron por otros no tan populares, como Paparra, Camarlengo o Picot. Los que sí pervivieron fueron los nombre de cantantes como Pavarotti o Elvis.

También estuvieron presentes los viejos conocidos como Llevant y Dorat, este último ganador de la edición de 2018 después de cacarear hasta en 124 ocasiones. El récord absoluto del concurso, sin embargo, lo tiene Messi, el ejemplar de Rafael Amer de sa Coma, que en 2015 consiguió que su gallinácea de cantara hasta en 188 oportunidades. Si tenemos en cuenta que el cómputo se realiza durante sesenta minutos, el ejemplar se dejo oír más de tres veces por minuto.

No hay constancia de momento que se realice un concurso semejante a nivel internacional, por lo que se suele decir que los ganadores lo son del título mundial. Un acontecimiento creado por el serverí Pep Prieto en 1991, cuando con dos amigos más, organizaron una competición de prueba en un hotel de Cala Bona, para el año siguiente ya hacerlo en el marco de las fiestas patronales de Sant Joan.

Por él han pasado concursantes no solamente locales, sino también de diferentes lugares de las islas o incluso de Cataluña. Y es que durante casi tres décadas los gallos han conseguido reunir durante una hora, la que transcurre entre las diez y las once de la noche, a mucha gente alrededor de la plaza del patrón Sant Joan, bajo el campanario de la iglesia donde se encuentra el reloj, que con sus campanadas da inicio y final al evento.

El concurso siempre se ha mantenido igual y no ha cambiado ni de fecha, aunque en 2008 coincidiera con la final de la Eurocopa que enfrentó a España y Alemania, y donde los asistentes tuvieron una oreja puesta en los cantos de los gallos y la otra en la tele de los bares de la plaza.

Intercambio de huevos

Y es que Son Servera ha demostrado pasión por el canto de sus tradicionales gallos, aunque en este caso lo importante no sea la calidad, sino la cantidad. Al finalizar esta edición los concursantes foráneos intercambiaron teléfonos para poder conseguir huevos y hacerse con descendientes de los grandes campeones de las últimas ediciones.

Y es que el fervor por tener el gallo que más veces cante, enjaulado sobre una tarima situada en la plaza y con unos potentes focos de iluminación, va creciendo y parece garantizar un futuro donde los criadores locales tendrán que trabajar mucho ante una competencia foránea que cada vez es más numerosa.