En el 2010, con la crisis económica golpeando fuerte, fueron muchas las familias que padecieron sus consecuencias en Binissalem. Es por eso que con el objetivo de cubrir las necesidades primarias de muchas de esas familias seriamente perjudicadas por aquella situación, el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento, con la colaboración de tres voluntarias, encabezadas por la concejala Magdalena Moyá, ponían en marcha el proyecto del Rebost Solidari, a través del cual se proporcionan alimentos básicos como pueden ser arroz, legumbres, huevos, pasta, leche?

Los datos indican que en junio de 2010 eran veinte las familias que se acogieron a esa línea de ayudas. Ahora, nueve años después, en junio de 2019, hay setenta; un hecho que demuestra que, aunque se diga que la crisis empieza a superarse, todavía hay mucha gente que sigue pasando dificultades. Este incremento también ha condicionado que el número de personas voluntarias se haya visto aumentado, llegando a ser ocho.

El reparto de alimentos se lleva a cabo el primer jueves de cada mes. Las voluntarias Antonia Moyà, Paula Moyà, Joana Mateu, Catalina Ripoll y Margalida Ripoll reciben a los usuarios, revisan su correspondiente ficha y les entregan los alimentos correspondientes, según los miembros de su familia.

Cabe indicar que, a parte de las donaciones de particulares y algunas empresas, también llegan productos básicos del Banco de Alimentos de Mallorca, un género que pueden complementar con otros productos alimenticios o con productos de higiene gracias a las ventas que se llevan a cabo en la Tienda Solidaria, vinculada al mismo proyecto, en la cual se venden piezas de ropa también donadas por gente del pueblo.

Es evidente que en todo proyecto solidario siempre hay que agradecer la colaboración desinteresada de mucha gente. Así pues, el equipo de voluntarias agradece el apoyo de todas las personas que, a nivel particular, han puesto su granito de arena. También agradecen las campañas de recogida de alimentos organizadas en las escuelas, en las asociaciones, en la Parroquia, al grupo de Catequesis y, a las Hermanas de la Caridad, que, desinteresadamente, ceden su local en donde guardar los productos.