El PSOE y El Pi se reparten la Part Forana. Con el nuevo mapa político municipal todavía ultimándose a falta de pactos por cerrar y algunas alcaldías por resolver, los resultados de las urnas del pasado 26M y las posteriores negociaciones dejan un escenario en que socialistas y regionalistas son quienes concentran el poder en los municipios y pueblos de Mallorca. Un logro para el que se han ayudado en estas últimas semanas, con los cuadros locales de Francina Armengol como socios preferentes de los de Jaume Font.

El Pi volvió a quedarse el 26M sin tener la llave ni de Govern ni de Consell. Sin embargo, su poder territorial le ha permitido colocarse en el epicentro del nuevo tablero marcado por los amplios resultados del PSOE. Y es en este contexto donde socialistas y regionalistas se han encontrado para acabar aupándose al frente de alcaldías y entrar en gobiernos locales. En total, las dos formaciones han pactado o están cerca de cerrar acuerdos juntos en una decena de municipios: Alcúdia, Artà, Campanet, Capdepera, Felanitx, Marratxí, Sa Pobla, Sant Joan, Sencelles y, ayer mismo, en Andratx.

Por contra, El Pi sólo tendrá pactos con el PP en tres ayuntamientos: Santa Margalida, Petra y Ses Salines. En el caso de los dos primeros, para que la alcaldía sea ocupada por los candidatos regionalistas. Además, en ninguno de los tres municipios el PSOE presentaba sus siglas: en Santa Margalida y en Ses Salines, los socialistas se presentaban diluidos en coaliciones y en Petra no se presentó. Sin pacto, los regionalistas también facilitarán con su abstención el ayuntamiento de Sóller para el PP.

En síntesis: por dos ayuntamiento que El Pi deja en manos del PP y otros dos donde gobernará con ellos, deja cinco consistorios en manos del PSIB y gobernará con los socialistas en otros cinco.

Casi tan cerca de Pi como de Més

En el caso de los socialistas es llamativo que si bien sus pactos con los regionalistas no superan aún los que ha cerrado con Més (en Andratx, Felanitx, Marratxí o sa Pobla gobernarán los tres juntos), ya están casi tan cerca de unos como de otros e incluso los socialistas han optado por acuerdos con El Pi antes que con Més: son ejemplos Artà, donde la marca ecosoberanista Unió d'Independents d'Artà ha quedado fuera del gobierno municipal en detrimento de El Pi pese a tener los mismos concejales, o Campanet, donde los socialistas han buscado el apoyo de Pi y PP para sacar a Més del ayuntamiento.

Pese a que estos son los dos casos que han generado más malestar en las filas de Més, PSIB y El Pi gobernarán juntos y con los ecosoberanistas en la oposición en Alcúdia, Sant Joan, Capdepera o Sencelles. Además, en algunos casos han pactado sin nencesidad. En Sencelles, El Pi podía gobernar en minoría al no haber pacto alternativo y en Capdepera, lo mismo ocurría para el PSIB.

En Felanitx el PSOE gobernará con Més y con El Pi, mientras dejará a sus socios de Podemos en Govern y Consell, en la oposición. Si bien, en el caso del municipio del Llevant, el único edil de Podemos, Balti Picornell, era insuficiente para conformar una mayoría, en Marratxí, los socialista podían elegir tanto a la concejal de los Independents de Marratxí-El Pi como a Podemos y se decantaron por los regionalistas.

El PP, de la mano de Ciudadanos

La sintonía municipal entre PSIB y El Pi se enmarca desde algunos municipios a conversaciones entre la propia Francina Armengol y el líder de El Pi, Jaume Font, que habrían derivado en unos acuerdos para el reparto del poder municipal con lo que la líder socialista habría tratado de tender puentes con los regionalistas. No obstante, desde estas formaciones los ciñen a "un contacto de cortesía" y apuntan a que las juntas locales han tenido autonomía para pactar en cada municipio.

Tampoco se puede perder de vista que los regionalistas han quedado más cerca del PSIB debido a que el PP ha establecido como socio preferente en todas las instituciones a Ciudadanos, con quien gobernará la principal institución en manos de los populares -el Consell de Eivissa- así como Ses Salines, Sóller o Sineu, (con El Pi, con la abstención de El Pi o los dos solos, respectivamente).

Con los acuerdos cerrados hasta ahora, El Pi además ha cumplido escrupulosamente la promesa que hizo en campaña: que podía gobernar a izquierda o a derecha, pero en ningún caso ni con Vox ni con Podemos. Su veto a la extrema derecha explica en gran parte haberse decantado por la izquierda en Felanitx; mientras que el veto a los podemitas explica la abstención en Sóller.