Salvem Portocolom alerta de que el cierre de la rampa del varadero de Sa Capella tendrá consecuencias este verano. La entidad alega que la falta de mantenimiento y el uso hecho por embarcaciones pesadas que eran remolcadas por vehículos 4x4 ha afectado al empedrado de este varadero que es un elemento patrimonial protegido hasta el punto que PortsIB ha decidido cerrar su acceso para evitar que sigan destruyéndolo.

“A pesar de las buenas intenciones y de las promesas, ha pasado otro invierno y no han empezado la restauración de esta construcción que Ports IB quiere cerrar definitivamente en el futuro para dejarla como elemento puramente decorativo”, lamentan desde la entidad que también critica que el puerto de cada vez cuenta con más amarres para embarcaciones de lujo. Con este cierre, apuntan, se corta el paso a los pequeños usuarios.

Desde Salvem Portocolom critican que esta situación puede ser aprovechada como presión para volver a poner en marcha el proyecto del Corso, que contempla una gran rampa de nueve metros de amplitud con muros de un metro para embarcaciones de hasta un metro de calado en una zona, la de sa Bassa Nova, donde la poca profundidad y los sedimientos que aporta el torrente obligarían a hacer dragados periódicamente. Además, recuerdan, que dicho proyecto también contempla una cantina y un gran aparcamiento. La plataforma asegura que tanto los informes desfavorables de Medio Ambiente como la presión popular han paralizado este gran proyecto pero a veces, afirma, “las victorias ecologistas son efímeras”. Y es que alertan de que el proyecto aún no está del todo descartado ya que aparece en el anteproyecto del Pla General de Ports 2018-2033.

Así, la plataforma deja claro que nunca se ha mostrado contraria a una rampa pública de unos cuatro metros de amplitud, que son más que suficientes para embarcaciones pequeñas. Además aprovecha la ocasión para recordar una de las alternativas que refleja el informe de Medio Ambiente que es el uso por pare de los usuarios de la red de rampas de PortsIB de la rampa del Club Nàutic utilizada actualmente solo por unas 30 o 40 embarcaciones al año a excepción de días puntuales como la jornada del triatlón o cuando hay regatas.

Por todo ello, piden que se restaure el varadero de Sa Capella para que continúe funcionando como tal para pequeñas embarcaciones, que se recupere su uso público evitando la instalación de negocios privados como por ejemplo el del alquiler de piraguas y que la explanada del Corso vuelva a ser una zona verde.