El colectivo de padres de alumnos que reivindica la construcción de una nueva escuela en sa Pobla está alarmado ante la posibilidad de que se pierdan los terrenos a causa de una discusión política con el nombre del nuevo centro. Así lo expresaron ayer algunos portavoces tras el resultado del pleno del miércoles en el que los concejales no fueron capaces de llegar a un acuerdo.

El problema radica en que uno de los propietarios quiso hacer cesión de su parcela, pero como no tenía acceso rodado y se debía adquirir otra, se decidió convocar un concurso público, con la finalidad de una gestión más transparente. Tras ser adjudicada a los terrenos mencionados uno de los dos propietarios (el que originalmente quería hacer donación) solicitó que la nueva escuela llevara el nombre de su difunta esposa.

El miércoles se llevó a cabo un pleno extraordinario para aprobar el contrato de adquisición de los terrenos. Se produjo un desacuerdo entre los diferentes partidos acerca de la urgencia de dar el nombre al nuevo centro. Al no contar con mayoría absoluta se dejó el tema sobre la mesa.

Gabriel Ferragut, alcalde de sa Pobla, confía en poder reconducir el asunto con los propietarios aunque reconoció que "existe la posibilidad de que renuncien a vender los terrenos puesto que es un concurso público que han ganado ellos y el contrato aún no se ha firmado". Ferragut agrega que "la proximidad de las elecciones dificulta la pronta resolución".