El mecanismo de la memoria funciona a fogonazos, a golpes de vista, de tactos o de olores. La historia de la profesora y musicóloga Bàrbara Duran con el beatle John Lennones algo así. O así fue como comenzó, por lo menos. "Yo debía tener ocho años cuando sucedió. Después de salir del colegio, pasamos por el claustro y vi un alboroto que no era normal para el Manacor, recuerda. "Entonces observé a unas personas extranjeras, una mujer muy bajita con el pelo largo y un señor bien vestido... todo me pareció muy raro, pero tampoco le di mayor importancia en aquellos momentos".

Fue muchos años más tarde cuando, buscando en hemerotecas sobre noticias locales, vio una fotografía que la retrotrajo al pasado como un resorte. "¡Hubo como una especie de conexión y fue entonces cuando lo relacioné todo!". En la instantánea de Miquel Sureda, curiosamente familiar suyo, aparecen John Lennon y Yoko Ono a la salida de los juzgados de instrucción de Manacor en abril de 1971. "¡Yo estaba allí!, ¡Yo vi a Lennon!".

Y precisamente así es como se titula el último libro de Duran (editado por Lleonard Muntaner), en cuya portada aparece la pareja esbozando el signo de la paz en esa escena manacorina, y que ayer por la tarde se presentó en la Institució Alcover.

Evidentemente la foto tiene toda una trama detrás. Ramas que se bifurcan entre Calas de Mallorca, Manacor, Palma, el Maharishi y la meditación trascendental. Años de idas y venidas hasta la costa este de la isla, que llevaron a la pareja a una especie de retiro espiritual y de desintoxicación que dejó huella tanto entre los locales como en su séquito.

"La foto es de la segunda vez que visitaron los juzgados de Manacor, por eso están más relajados". La causa que les llevó hasta allí fue el supuesto secuestro que ambos perpetraron en una guardería de Calas de Mallorca (municipio de Manacor), de donde se llevaron sin permiso a Kyoko, la hija que Yoko Ono tenía con el productor Anthony Cox. El británico denunció los hechos y la pareja fue finalmente encontrada y detenida en Palma, lo que derivó en una serie de desventuras ya contadas en noticias, películas y estudios diversos.

Conocedores de la isla

Pero lo interesante es que Lennon y Ono no estaban en Mallorca por casualidad; conocían muy bien la isla y la zona. Desde hacía dos años y a raíz de la estancia en el norte de la India de los Beatles en 1967, el compositor entabló un fuerte vínculo con el Maharishi Mahesh Yogi, lo que propició, tras truculentas historietas entre medias que dejaron al gurú como persona non grata en Estados Unidos, el reencuentro de Lennon y su nueva mujer en los cursos de meditación y levitación que el Maharishi impartía, alejado de cámaras y ruidos, en la costa de Mallorca.

A partir de ahí el estudio se centra en las vicisitudes, en los testimonios locales, en proveedores, periodistas, extranjeros que vivían en aquellos momentos en la isla neoturística, músicos de hotel y demás personas que componían hasta ahora un rompecabezas difuso, que Duran ha logrado encajar.

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