Sóller vivió ayer su día grande. Las calles del centro de la ciudad se quedaron pequeñas para acoger a la gran multitud de personas que visitaron la feria de Sóller, en la que fue la actividad más populosa antes del día grande del Firó que se celebrará hoy.

La Mostra Ramadera fue uno de los lugares más concurridos donde pequeños y adultos pudieron ver diferentes razas de caballos, ovejas, cabras y canarios así como el trabajo de colocar las herraduras a los equinos.

Tras la misa mayor en Sant Bartomeu, la plaza se convirtió en el epicentro de la feria. La banda municipal de música dio la melodía con la que centenares de personas abarrotaron casetas, terrazas y puestos de venta. No faltaron los políticos que no quisieron perder la ocasión de darse un baño de multitudes en plena campaña electoral para las municipales. Otros puntos de interés fueron la exposición de plantas y flores en el Casal de Cultura, la muestra de vehículos de la calle Cetre o los numerosos puestos de artesanía que se colocaron a lo largo de la Gran Vía. El día amaneció nublado y las temperaturas regresaron a la normalidad, un hecho que propició que mucha gente saliera a la calle para vivir uno de los días más importantes que registra Sóller a lo largo del año. La feria se remató con la entrega de la distinción Reconeixement de Mèrits de Can Dulce que este año ha ido a parar a la agrupación folclórica Aires Sollerics.

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