El conseller de Agricultura del Govern de les Illes Balears, Vicenç Vidal, se ha reunido con representantes de varias organizaciones profesionales agrarias en el marco de la Comisión técnica de la Sequía para tratar las posibles ayudas ante la delicada situación del campo debido a la falta de lluvia.

Después de escuchar las peticiones de los afectados, Vidal ha acordado con los presentes que las ayudas que destine la conselleria irán en tres líneas diferentes: por un lado, se incrementarán los recursos de la campaña de semillas (que incluye cereales y forrajeras); de la otra, se ayudará al sector a sufragar los costes de la compra y el transporte de parte del alimento para la ganadería extensiva; finalmente, se pedirá en el Estado una reducción del IRPF para los profesionales del campo. "Cómo hemos hecho siempre durante la legislatura, nos mantenemos junto al sector", ha destacado Vidal tras finalizar la reunión.

Las medidas han sido acordadas después de que la conselleria comunicase, al sector, las conclusiones del informe, elaborado por la Dirección General de Agricultura y Pesca sobre la incidencia actual de las condiciones de sequía sobre los pastos, forrajeras y cereales.

El documento constata que las precipitaciones primaverales no han sido las adecuadas para el correcto desarrollo de los cultivos herbáceos, a pesar de que las últimas lluvias de este mes de abril han paliado los efectos. Para comprobar el efecto de la carencia de lluvias, técnicos de la conselleria han evaluado el estado de forrajes y cereales en todo Mallorca.

Si bien la mayoría de los municipios se han visto afectados por este fuerte déficit hídrico, se observan zonas con mayor y menor afección por sequía dependiente del tipo de suelo y la pluviometría. Así, por ejemplo, en las zonas más afectadas (al sur de Mallorca) se estima una reducción del 30 por ciento de la producción de cereales, un 60 por ciento de las forrajeras y un 75 por ciento de las leguminosas. En las zonas menos afectadas (centro de Mallorca) se estima una reducción de un 20 por ciento de la producción de cereales, un 50 por ciento de las forrajeras y un 75 por ciento de leguminosas.

En los cereales, en las zonas más secas se detecta muy poco crecimiento de los entrenudos de los tallos y un inicio de espigada muy temprano, avanzado por el estrés hídrico.

En los forrajes la falta de pluviometría ha producido una importante reducción en la producción de biomasa y ha impedido su rebrote.

Vidal ha indicado que la Conselleria continuará llevando a cabo un seguimiento de la situación por si hay que tomar más medidas en un futuro. Para una determinación exacta de los daños, según subraya el informe, será precisa una nueva evaluación en el momento de la cosecha.