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La plantilla de Cemex teme que un cambio de Govern aborte el plan de reindustrialización

La puesta en marcha de los proyectos alternativos al cemento está a la espera de cambios urbanísticos y de informes municipales

Empleados de Cemex, en una pasada acción reivindicativa con motivo del cierre de la planta. m. v. c.

La doble cita electoral de mañana domingo (elecciones generales) y del próximo 26 de mayo (autonómicas y municipales) será seguida con especial atención por los trabajadores que, tras el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), permanecen en la fábrica de Cemex de Lloseta porque está en juego la puesta en marcha del ambicioso proyecto de reindustrialización de la comarca pactado entre los gobiernos central y autonómico y los sindicatos, con la participación de varias grandes empresas que comprometieron importantes inversiones en la zona.

Los sindicatos temen que un posible cambio de color político en las instituciones altere o aborte por completo la activación del plan ideado para sustituir la producción de cemento en Mallorca, actualmente inexistente, y cuyos proyectos más significativos son la construcción de una planta de hidrógeno renovable y de un parque fotovoltaico cuya función es la de producir energía para la citada instalación, además de una planta de tratamiento de áridos.

Por este motivo, los sindicatos han abierto una ronda de contactos con los diferentes partidos para exponerles la situación y tratar de arrancar el compromiso de que el plan de reindustrialización seguirá adelante tal y como fue aprobado por el ejecutivo autonómico. Roberto Serrano, trabajador de Cemex y delegado sindical que participó en las mesas de negociación, explica que las elecciones que más influirán en el futuro del plan son las autonómicas, ya que el actual Govern, especialmente la conselleria de Trabajo presidida por el socialista Iago Negueruela, "ha luchado mucho por este tema". "Si la situación cambia en mayo, no sabemos qué intenciones tendrán los partidos que asuman el Govern", apunta.

El hecho de que tanto PP como Ciudadanos, partidos que podrían liderar un cambio de gobierno si los resultados electorales les son favorables, votasen a favor en el Parlament el pasado diciembre del decreto-ley que regula los proyectos industriales estratégicos no tranquiliza a los trabajadores. "Una cosa es lo que votan en la oposición y otra lo que podrían decidir en el Govern", apunta Serrano.

Del mismo modo se pronuncia Vicenç Villalonga, presidente del comité de empresa de la fábrica de cemento. "No nos gustaría que, si se produce un cambio de Govern, se modifique el proyecto, una apuesta del conseller Negueruela con la que todos los partidos, en principio, estaban de acuerdo". No obstante, los trabajadores no acaban de fiarse.

Actualmente, debido en parte a las convocatorias electorales, la activación del plan de reindustrialización está en una situación de 'impasse', a la espera de que los diferentes ayuntamientos implicados emitan sus correspondientes informes obligatorios como paso previo a la construcción de las instalaciones comprometidas por los gobiernos central y autonómico.

Serrano explica al respecto que "todos los proyectos están a la espera de que se declaren los terrenos como zona industrial, paso previo para que los respectivos ayuntamientos emitan sus informes; una vez realizados estos trámites los proyectos se elevarán a las juntas de accionistas de las empresas participantes para su aprobación". Cabe recordar que grandes firmas como Enagás o Acciona Energía, junto a Cemex, están detrás de la puesta en marcha de la planta de hidrógeno.

Tratamiento de áridos

De los ocho proyectos incluidos en el plan de reindustrialización, con una inversión global de 41 millones de euros, el más avanzado es el de la creación de una planta de tratamiento de áridos, una iniciativa de Cemex que tiene previsto crear entre cuatro y seis empleos. "La maquinaria casi está en el puerto esperando la declaración de zona industrial para su instalación", asegura Serrano. "Es un proyecto propio de Cemex cuya puesta en marcha no necesita ninguna tramitación previa, por lo que es de suponer que se iniciará rápido", señala, por su parte, Villalonga.

Los proyectos de la planta de hidrógeno y de la complementaria planta fotovoltaica deberán esperar más tiempo. "Se nos dijo que se pondrían en marcha en un plazo de entre un año y un año y medio", añade Serrano. Le consta que directivos de Enagás y Acciona "ya han visitado terrenos para ubicar las plantas", que en principio se instalarán en unos solares anexos a la fábrica de cemento.

No obstante, la comisión de seguimiento del plan de reindustrialización no se ha reunido desde hace más de un mes. "Estamos en una situación de espera", admite el trabajador.

La fábrica ejerce hoy de centro de almacenamiento

La fábrica de Lloseta ha dejado completamente de producir cemento y en la actualidad ejerce solamente de centro de distribución y almacenamiento del material importado de otras zonas.

Seis trabajadores se encargan del mantenimineto de la fábrica cuya maquinaria, a pesar de todo, sigue estando operativa por si fuera necesario retomar la actividad, pues la autorización seguirá vigente hasta 2020. Un total de 82 trabajadores tuvieron que dejar la fábrica afectados por el ERE.

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