El temporal que durante los último días ha dejado estampas desoladoras en el litoral mallorquín, también ha echado por tierra (o más bien por agua) los costosos proyectos de regeneración de diversas playas de la comarca del Llevant, afectadas el pasado octubre por la trágica torrentada, y que ya estaban a punto para la temporada turística.

Así, las playas de Canyamel, s'Illot o la s'IllotColònia de Sant Pere han visto como la arena recolocada volvía en buena medida a ser arrastrada por la lluvia y el viento, lo que supone pérdidas de más de un millón de euros en unos trabajos ahora casi baldíos.

En noviembre el Ejecutivo central anunció la inversión de 1,6 millones para paliar los efectos de la torrentada. La delegada del Gobierno, Rosario Sánchez y la jefa de la Demarcación de Costas, Adriana Pousa, anunciaron en s'Illot la inyección económica para el maltrecho litoral.

Hace aproximadamente un mes se inició el proyecto gestionado través de la dirección general de Sostenibilidad de la Costa y del Mar del Ministerio de Transición Ecológica, para una obras declaradas de emergencia ejecutadas por Tragsa y que debían acabar antes del comienzo oficial de la temporada turística.

Para Canyamel (Capdeperay redistribución en la playa, y 120.000 para restaurar la zona del paseo de madera, puente y conexión con la playa. Para s'Illot, 445.000 euros para acondicionar la zona del paseo marítimo (muros, pavimentos, etc.) y rampa de acceso, así como otros 450.000 para la playa.

Mientras que en la Colònia de Sant Pere y Betlem (Artà) se guardaron 60.000 a la reparación del muro y de la zona de la Cala de na Clara. También se realizaron estudios de batimetría para utilizar la arena sumergida de la propia playa, para recolocarla mediante un sistema de bombeo a la parte seca.

A finales de marzo, y tras varios días de retraso por viento, una embarcación especializada procedió a succionar arena del lecho marino más próximo a las respectivas playas, para bombearla a través de una gran tubería directamente a la parte seca, donde era redistribuida. Asimismo hacía solo unos días que la playa de la Colònia de Sant Pere había recuperado el aspecto que tenía a finales del pasado verano, gracias a la retirada de piedras y a la aportación de nueva arena.

Sin embargo, todavía quedan aspectos de seguridad pendientes que ahora se han incluso agravado con el último temporal. Y es que el ayuntamiento de Manacor, por ejemplo envió hace un mes un oficio a Costas mostrando u preocupación e instando a que se por los restos de escombros, hierros y piedras situados en las orillas, el fondo marino y de la zona de dominio público marítimo-terrestre de s'Illot, lo que puede representar un auténtico peligro para los bañistas.

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