La cabina de conducción de los trenes y tranvías de Sóller no es lugar para las mujeres. El Ferrocarril de Sóller no ha podido encontrar mujeres que se pongan al frente de los convoyes que circulan por sus vías y eso que lo ha intentado.

En los sucesivos procesos de selección que se han llevado a cabo para promocionar trabajadores a la categoría de maquinistas, la empresa no ha encontrado mujeres que quieran ponerse al mando del tren. Tampoco del tranvía.

El presidente de la compañía, Óscar Mayol, ha explicado que "en las pruebas que se han realizado hasta ahora ninguna mujer ha querido ser maquinista", pese a que "lo hemos intentado para que alguna mujer conduzca los trenes y el tranvía". Para el presidente de la compañía, el escaso interés que suscita la conducción de las máquinas de tren no radica en el hecho de que sea un trabajo que sea especialmente duro que requiera el uso de la fuerza. Ni mucho menos, el desinterés radica en dos hechos que nada tienen que ver.

Por un lado está el factor económico. El convenio colectivo del Ferrocarril de Sóller establece mayor retribución a los revisores que a los maquinistas. Los cobradores perciben un salario y un plus, el denominado "quebranto", con el que a final de mes sale más a cuenta que el de un maquinista. Por otro lado, explica Mayol, está el factor responsabilidad. Un maquinista de tren lleva a su cargo más de 300 pasajeros, la mitad de un tranvía.

La empresa lleva a cabo periódicamente procesos selectivos para cubrir las plazas en la categoría de maquinistas, aunque es un cuerpo de trabajadores que a día de hoy es eminentemente masculino.