La picaresca con las entradas y salidas de los funcionarios del ayuntamiento de Sóller tiene el tiempo contado. El municipio invertirá 3.300 euros en dotar a los edificios municipales con un nuevo reloj de control de personal con el que los trabajadores deberán utilizar su huella digital para formalizar la entrada y salida de su puesto de trabajo.
La incorporación de este mecanismo sustituirá al que actualmente se utiliza con el que cada empleado tiene asignada una tarjeta personal. En el caso del edificio consistorial, cada funcionario debe fichar con la tarjeta en el reloj que está situado en la planta baja del edificio.
La incorporación del sistema de la huella digital acabará con una práctica irregular que algunos trabajadores vienen llevando casi desde el momento en que se instauró el control de accesos. Según han confesado fuentes municipales, algunos funcionarios tienen la tarjeta de varios compañeros de trabajo con las que ficha su entrada al puesto de trabajo. Se trata de una práctica que burla el control del reloj, algo que se ha hecho notorio en el ámbito de algunos empleados públicos.
Para acabar con esta picaresca, el municipio ha optado por instalar el sistema de control a través de un lector de huella digital, un mecanismo al que difícilmente se podrá burlar.
