Un grupo de vecinos de Bunyola organizó este miércoles un acto de protesta para reclamar que se retire la Cruz de los Caídos, situada en las escalinatas que comunican la calle del Pare Cerdà con Santa Catalina Tomàs, el único monumento franquista que pervive en el pueblo.

Durante el acto se cubrió la cruz con una tela amarilla, "el color de la democracia y la libertad", en referencia a los políticos catalanes presos. "Con el color de la luz haremos desaparecer la oscuridad del fascismo", afirmaron los organizadores.