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Instalaciones

Can Bauzà de Manacor acoge una nueva concejalía y consigue llenar cinco plantas

Deportes ocupará el tercer piso y la planta baja será reconvertida en una gran sala de exposiciones

Fachada de la planta baja de Can Bauzà, que ahora se convertirá en una sala de exposiciones. s.s.v.

Can Bauzà, el polémico edificio de ocho plantas comprado hace quince años por el ayuntamiento de Manacor por 900.000 euros, y que después tuvo que ser reformado y reforzado durante casi una década por múltiples deficiencias, por fin va cobrando vida. Esta semana el consistorio ha anunciado que una nueva concejalía, la de Deportes, dejará el carrer den Muntaner y se instalará en la tercera planta, lo que unido a la adecuación de una sala de exposiciones municipal en la planta baja, hace que vaya cumpliendo su función.

En estos momentos se ha puesto en marcha un proyecto para rotular el interior del edificio, habilitar nuevas paredes de yeso para las obras artísticas y cambiar la iluminación del vestíbulo. Mientras que el sótano está pensado para el archivo municipal, en el primero y segundo piso ya están asentados los Servicios Sociales (con el consiguiente ahorro de alquileres que hasta ahora debía pagar el Ayuntamiento), en la tercera estará Deportes y la cuarta es para la SAM, la empresa pública que gestiona los aparcamientos y el agua corriente.

Tras una inversión de más de 630.000 euros para reformar el sótano, planta baja y primera, durante esta legislatura se han puesto a punto la segunda, tercera y cuarta planta (de 400 metros cuadrados cada una) por 158.000 euros cada una.

Una historia con baches

Situado en pleno centro de la ciudad, el inmueble, construido en 1971 como almacén de muebles, mantiene actualmente sus ocho plantas de altura pese a que en la década de los 80 las nuevas normas urbanísticas locales limitaron a cinco los pisos posibles. Entonces Can Bauzà y media docena más de edificios altos quedaron oficialmente fuera de ordenación y bajo la etiqueta de 'inadecuados': es decir, podían seguir existiendo tal y como se concibieron, siempre y cuando mantuvieran su uso original.

En septiembre de 2010, seis años después de pasar a manos de la corporación, un informe técnico constataba la debilidad de varios puntos del edificio afectados por el sobrepeso e instaba a apuntalar y restringir el paso por diversas zonas. Un año después empezaron los trabajos de soldadura de buena parte de la estructura de los dos primeros pisos, y el refuerzo de la planta baja, incluyendo los pilares.

De forma paralela se dotó al inmueble de una escalera de incendios y mejoró el aislamiento de determinadas terrazas. Pese a que en un principio se estimó un presupuesto de 610.000 euros, el Ayuntamiento reconoció haberse gastado 447.000 en la intervención y un total de 571.300 euros extra desde su compra.

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