"Los sistemas naturales son dinámicos pero normalmente los cambios son tan lentos que difícilmente se perciben. Sólo cuando se producen episodios catastróficos éstos pueden observarse de un día para otro", explica Miquel Àngel Escanelles en su blog toponimiamallorca.net en referencia a s'Estanyol. Y es que la instalación de una nueva pasarela en el torrente cercano a la Colònia de Sant Pere de Artà, además de servir para comunicar la zona con Sa Canova, paso interrumpido por la torrentada del 9 de octubre, confirma otro hecho más importante: la constitución de una nueva albufera en Mallorca.

O más bien la reencarnación de otra mucho más antigua, que con las décadas se fue colmatando hasta dejar de tener comunicación con el mar y convertirse en un estanco, como significa el nombre a la zona.

Y es que la tragedia del Llevant 'desatascó' los sedimentos propiciando la entrada de agua del Mediterráneo en una lengua que se extiende 250 metros tierra adentro.Un cambio geomorfológico de primera magnitud que genera una nueva forma de paisaje en el municipio de Artà. Así lo constataba hace unas semanas el experto geógrafo de la UIB, Miquel Grimalt, quien apunta que se trata de un caso espectacular, que el día 8 no existía y el 9 de octubre a medianoche ya estaba creada.

Aunque este no es el primer caso en que una gran inundación cambia de esta forma el paisaje. Ya la famosa torrentadarestauró de forma brusca el Riuet de s'Illot (que separa los municipios de Manacor y Sant Llorenç), el de Cala Murada (Manacor) y un tercero en Cala Magraner (también en Manacor) al cual los temporales posteriores han vuelto a 'matar' rellenándolo de sedimentos. Si nos remontamos en el tiempo hay que decir que en parte la vieja albufera de s'Estanyol sucumbió al turismo, ya que la voluntad hotelera de crear una pequeña playa artificial en la desembocadura condujo al taponado mediante viajes de arena para mayor disfrute del visitante. Ahora la riada ha renaturalizado la zona húmeda volviendo al pasado.

Sin inventariar

Pese a todos estos antecedentes, es curioso que la conselleria de Medio Ambiente aún no haya incluido a día de hoy la desembocadura del torrente de s'Estanyol dentro de Inventario de Zonas Húmedas de Balears, aunque en él consten sin embargo balsas artificiales de riego.

Por lo que respecta a la pasarela de madera, instalada por Demarcación de Costas por petición del ayuntamiento de Artà, tiene diecisiete metros de longitud y está asentada sobre dos bases de hormigón a ambos lados. Pronto se abrirá al paso de personas.