El peligro de incendio es una amenaza habitual para los bosques y parece que el cambio climático favorecerá este hecho, y más si tenemos en cuenta que se espera un incremento de los periodos de sequía. Ante este escenario, en la finca de Ariant (Pollença) se están aplicando medidas de adaptación. Una de ellas es la utilización de una docena de ejemplares de asno balear. Estos animales contribuyen desde diciembre a la tarea de crear y mantener cortafuegos.

Más allá de la adaptación al cambio climático y la ampliación de pastos para las ovejas, la Fundación Vida Silvestre Mediterránea, entidad que gestiona la finca, pretende también contribuir a la protección de esta raza balear única.

Un rebaño de 200 ovejas se ha encargado hasta ahora de mantener zonas de cortafuegos , aunque estos animales no llegan a comer toda la vegetación. Los asnos de raza balear, en cambio, se alimentan de plantas que las ovejas rechazan, como sería el caso del carrizo, tan abundante en la Serra.