Quince productores mallorquines de agricultura ecológica ya han dado el paso y han substituido el plástico acolchado por otro biodegradable. El plástico acolchado se emplea tradicionalmente en agricultura para evitar el contacto entre el cultivo hortícola y las plantas espontáneas, protege el suelo y lo calienta.

Esta acción tendrá un impacto positivo sobre el medio ambiente porque no dejará residuos y se ahorran recursos naturales en su fabricación. El cambio ha sido posible gracias al acuerdo entre la Associació de la Producció Agrària Ecològica de Mallorca (Apaema) y Mallorca Preservation Fund (MAPF), las cuales han firmado un convenio de colaboración de tres años.

Durante este tiempo, Apaema coordinará la compra conjunta de plástico biodegadable para sus socios y MAPF subvencionará con un porcentaje el sobrecoste que tiene este plástico respecto del convencional. Hasta ahora, la sustitución no había sido posible debido al sobrecoste que tiene la versión biodegradable.

1.500 kilos

Gracias a la ayuda económica de MAPF, los productores han obtenido un precio competitivo que les ha permitido hacer el cambio. Con el primer pedido se han adquirido 1.533 kilos de plástico, 60 kilómetros lineales. El nuevo plástico, que está fabricado con materias primas naturales compostables y se disuelve en la tierra en menos de un año, tiene las mismas ventajas que el plástico convencional.