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Isabel Vidal Munar: "Me preocupan las propuestas de algunos partidos sobre el catalán"

"La lengua es la seña de identidad más importante de un pueblo y también es el nexo de unión"

Isabel Vidal Munar con la 'Estrella Mostrejada 2019'. Jaume Rigo

­Isabel Vidal Munar (Santanyí, 1952), siempre asociada a los actos culturales y manifestaciones populares en el municipio de Santanyí, después de ejercer durante 43 años su profesión como docente -en el Col·legi Sant Pere de Palma, en Barcelona, Hospitalet de Llobregat, Vilafranca del Penedés y Torredembarra- una vez jubilada no ha dejado de lado su fuerte compromiso ético para una cultura y una lengua que siempre ha defendido. Es hija de Bernat Vidal i Tomàs (1918-1971), farmacéutico, poeta e historiador local, del cual ella ha ordenado y catalogado su inmenso archivo, y bisnieta de parte paterna de Sebastià Tomàs Ferrando, es Mestre de cas Saig (1857-1943), reconocido maestro a partir de 1881 en ses Salines, Llucmajor y en la Escuela Unitaria de Niños de su pueblo de Santanyí entre 1908 y 1929. Isabel Vidal recibía el pasado 1 de marzo el galardón Estrella Mostrejada que anualmente otorga la Associació Cultural es Majoral de Calonge, el cual quiso dedicar a su padre, a Francesc de Borja Moll y a Manuel Sanchís Guarner.

P Empezaremos hablando de la figura de su padre: Bernat Vidal i Tomàs. ¿Era usted consciente cuando él murió del legado cultural que nos dejaba?

R Cuando murió mi padre, en 1971, yo tenía 18 años, aunque se podría decir que él había empezado a morir dos años antes, cuando a los 49 padeció un derrame cerebral muy grave. No podía leer, ni escribir ni casi caminar, pero tenía la mente completamente lúcida y la memoria intacta. Estuve siempre en contacto con su mundo intelectual: le hacía las lecturas que él me pedía, escribía los artículos que él me dictaba para la prensa. Creo que en aquella época fui consciente de su legado cultural, aunque hasta pasados unos años no me di cuenta de toda su magnitud.

P ¿En qué momento empieza a interesarse en ordenar, clasificar y estudiar la obra de su padre?

R Una vez mi padre murió, pasaron varios años para que yo empezara a ordenar su archivo. Al principio, emocionalmente no era fácil ni tampoco disponía de gran tiempo. En los primeros años estaba estudiando, más tarde empecé a dar clases en el instituto, también me casé y entre otras cosas me gustaba dedicar tiempo a los viajes, una de mis pasiones. No fue hasta la muerte de mi marido, de la que se cumplen trece años, cuando empecé a dedicarme a fondo en esta tarea. Necesitaba encontrar un proyecto que me ilusionara, el cual me ayudase a salir de la situación en que vivía en aquel momento. Y en ningún modo me equivoqué con esta decisión.

P ¿Cómo contribuyó su padre en el Quinzenal Santanyí para la divulgación de la historia local?

R Mi padre desde 1943 investigaba con el claro objetivo de escribir la historia de Santanyí; tenía mucho material recopilado que utilizó durante los años de publicación del Quinzenal (1958-1965). En el Santanyí publicó más de 60 artículos de historia local, con una firme voluntad divulgadora. Dentro de este conjunto se vislumbran dos líneas: una basada en documentación archivística, y otra a partir de fuentes orales. A parte, y a manera de cronicón, en el Quinzenal mi padre publicó más de 300 notas históricas, con reproducciones de importantes textos históricos. Gracias a la amistad de mi padre con historiadores e investigadores mallorquines, en el Santanyí aparecieron artículos de temática histórica local muy interesantes.

P Aparte del Quinzenal, ¿con qué otras aportaciones contribuyó su padre para dar a conocer la historia del municipio de Santanyí?

R En el año 1946 ya publica en La Almudaina artículos sobre diferentes aspectos históricos de Santanyí y en 1949 ve la luz la monografía Consolació, posteriormente Moros en la costa y La nueva iglesia de Santanyí y su tiempo. Igualmente escribió todas las entradas referidas al término de Santanyí del Corpus de Toponímia de Mallorca. Estudió y divulgó la figura del Bisbe Verger, de Jordi Bosch y su órgano, entre otros trabajos. Fue un gran defensor del patrimonio monumental. Por otra parte, si literariamente se habla de l'Escola de Santanyí, es gracias a la influencia que ejerció sobre Blai Bonet, Miquel Pons, Llorenç Vidal, Antònia Vicens y Antoni Vidal Ferrando.

P ¿Opina que la obra de su padre merece un reconocimiento superior al que se le ha dispensado hasta el momento? ¿Aconsejaría nuevas ediciones como las que AdiA Edicions ha publicado de Damià Huguet?

R El hecho de que mi padre muriera tan joven, en su plenitud intelectual, provocó que algunos de sus proyectos, como la historia de Mallorca del siglo XIX, se quedaran a medio camino. Con el paso de los años su obra se fue difuminando igual que el papel relevante que tuvo en la recuperación de la lengua y la modernización de la literatura. Últimamente la figura de Bernat Vidal va emergiendo, y en este año las actividades programadas y los artículos y reportajes publicados con motivo del centenario de su nacimiento, recuperan su memoria. La exposición Una vida per a la cultura organizada por el Ajuntament de Santanyí se ha convertido en una pieza clave. Una nueva edición de su obra más que aconsejable es necesaria, ya que algunos libros suyos son imposibles de adquirir actualmente.

P ¿Teme por el futuro de la lengua catalana?

R Evidentemente que sí. Cuando estoy oyendo las propuestas de algunos partidos y asociaciones, me preocupa y mucho el futuro del catalán. Con una visión interesada e históricamente de poco rigor, se pretendería que quedara reducida al ámbito, a usos informales, como si fuera un elemento casi folklórico. Pero también me da ánimo el pensar que hay mucha gente que desea que el catalán pueda llegar a ser una lengua normalizada, que los hablantes podamos usarla en plenitud en todos los ámbitos, desde el familiar a la administración, pasando por la escuela y la sanidad.

P ¿Por qué cree que el catalán padece tantos ataques y existe tanta fobia contra esa lengua?

R Porque la lengua es la seña de identidad más importante de un pueblo y también es el nexo de unión, y esto no es del agrado de determinados grupos políticos y sectores sociales, que no aceptan que cualquier pueblo tiene derecho a expresarse en su lengua, y que además es un derecho inajenable. La lengua probablemente es el patrimonio colectivo más importante de un pueblo.

P ¿Tiene actualmente proyectos o publicaciones en camino?

R Actualmente estoy escribiendo la tesis doctoral sobre Bernat Vidal i el seu temps. Estoy estudiando su obra de creación literaria, la de investigador y divulgador de la historia, el activista cultural, el maestro de maestros... He encontrado documentación en el archivo personal de mi padre, principalmente notas y correspondencia, algo muy interesante.

P Como profesora que ha sido durante tantos años, ¿cómo ve la evolución de los alumnos actuales?

R En mis 43 años de profesora, he visto cambios importantes en los planes de enseñanza, y en el alumnado. Hemos vivido un gran cambio social. Ten en cuenta que comencé a trabajar antes de la llegada de la democracia, con unas clases muy uniformes, y actualmente en el aula predomina la diversidad, la interculturalidad. Por otra parte la imagen se impone a lo escrito. Siempre me he llevado bien con los alumnos, me gusta su vitalidad y sinceridad, pero desde hace unos años me preocupa la gran dependencia que tienen de las pantallas, y también que un sector importante, seducido per la inmediatez, ya no participa de "la cultura del esfuerzo".

P ¿Dónde tiene los mejores recuerdos de su etapa docente en Cataluña?

R Tengo un gran recuerdo de todos los institutos donde estuve. Durante esta larga etapa he enseñado a la vez que he aprendido mucho de mis alumnos y de mis compañeros. Probablemente los primeros años fueron los más difíciles; era muy joven, con mucha ilusión y poca experiencia. En el instituto de Torredembarra trabajé 25 años, fue allí donde me jubilé y todavía cuando voy allí me da la sensación de que voy a mi casa.

P ¿Cómo se definiría a sí misma: activista cultural, docente, persona inquieta?

R Como profesora, se podría decir que mi vida ha estado dedicada a la docencia. Todo lo que rodea al mundo del instituto y de las aulas me ha gustado y me gusta. En los años setenta, como voluntaria, me apunté a muchos cursos populares de catalán, tanto en Mallorca como en Cataluña, era fantástico observar la ilusión en aprender que ponía aquella gente a la cual se le había prohibido antes estudiar su lengua propia. Fuimos a recitales de la Nova Cançó, montábamos exposiciones... Igualmente impartí clases a diferentes colectivos profesionales. La faceta investigadora me llegó posteriormente. En mi etapa anterior a la jubilación decía medio en broma que me consideraba "una docente sénior y una investigadora júnior".

P ¿Podría definir brevemente a Miquel Pons, Antònia Vicens, Antoni Vidal Ferrando y a Cosme Aguiló?

R ¡Todos ellos unos amigos muy queridos! A los cuatro los admiro por su compromiso y por las contribuciones que han hecho al país, desde diferentes ámbitos. Miquel Pons, un gran humanista y profesor, Antònia Vicens y Antoni Vidal Ferrando dos de los mejores escritores en lengua catalana, grandes poetas y grandes narradores, y Cosme Aguiló, miembro de l'Institut d'Estudis Catalans, gran experto en toponimia y en muchos otros aspectos filológicos. ¡Ah! ¡Y los cuatro Estrelles Mostrejades!

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