n El ayuntamiento de Llucmajor dio a conocer anteanoche la liquidación de los presupuestos de 2018, que arrojan un superávit de 6,8 millones de euros. De este modo, los últimos cuatro ejercicios se han cerrado con unos beneficios acumulados de más de 25 millones de euros.

Así las cosas, ahora el remanente de Tesorería es de 12,5 millones de euros, que, tal y como se anunció en el pleno de aprobación de los presupuestos de 2019, se destinarán a amortizar los poco más de dos millones de euros de deuda que restan. Todo un logro teniendo en cuenta que en 2015 esa deuda era de 40 millones.

Según se apunta desde el consistorio "actualmente el ayuntamiento de Llucmajor cumple todos los parámetros económicos: de estabilidad presupuestaria, de ratio de endeudamiento y del periodo medio de pago a proveedores, que en estos momentos está entre los 22 y 28 días.

El alcalde llucmajorer, Gori Estarellas, explica que "la situación económica del consistorio es muy buena porque se cumplen todos los parámetros económicos". En este sentido, añade que "es cierto que no cumplimos con la regla de gasto, pero es un hecho que no nos preocupa porque es una norma sin sentido para los ayuntamientos que han hecho los deberes como nosotros, y como lo demuestra el hecho de que ya se ha expresado en esta línea la comisión de expertos del Congreso, por lo que pensamos que es una norma que tiene los días contados".

Por otro lado, parte de este superávit se destinará a realizar inversiones financieramente sostenibles, unas mejoras que vienen marcadas por las limitaciones de la conocida como Ley Montoro.