La junta local de gobierno del ayuntamiento de Sóller ha aprobado una resolución en la que se insta al Consell a adquirir la Torre Picada, una fortificación costera que data del siglo XVII, así como los terrenos que lo envuelven.

El alcalde, Jaume Servera, explicó que el acuerdo "es una forma de insistir al Consell para que adquiera la finca", lo que para el munícipe "debe implicar que se reactiven las conversaciones entre los propietarios y la institución insular". Apuntó que en intentos anteriores no hubo acuerdo entre las partes por discrepancias económicas. En el acuerdo municipal se destaca la "suma importancia de adoptar los acuerdos que sean necesarios para intentar garantizar la protección definitiva de la finca, evitar la urbanización o el aprovechamiento privado en cualquier de sus variantes".

La Torre Picada está situada en un lugar privilegiado en el Port de Sóller, junto al acantilado de ses Puntes. Representa un ejemplo de las construcciones militares que se edificaron en Mallorca tras las incursiones sarracenas del siglo XVI y es una de las mejores conservadas de las que se conservan actualmente. Está situada en una parcela que ocupa 10.000 m2. La construcción está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC). La torre tenía como cometido vigilar la costa y advertir a las demás atalayas en caso de que se produjera alguna incursión enemiga. Estuvo en activo hasta el siglo XIX. El edificio tiene forma circular, consta de dos plantas con techos abovedados y una cubierta plana que hace las funciones de terraza. Sus muros tienen hasta tres metros de grosor para aguantar una construcción que se levanta once metros sobre el suelo.

La torre tiene una especial significación histórica en Sóller, pese a que se construyó años después de la invasión mora de 1561.