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La batalla contra el tiempo del castillo de Alaró

La antigua fortaleza se conserva en una situación crítica a la espera de que el Estado ceda las estructuras históricas para una reforma urgente

La reciente compra por parte del Consell de Mallorca de la finca que alberga el Castell d'Alaró por 1,1 millones de euros abre un hilo de esperanza para la conservación futura de la antigua fortaleza, uno de los tres castillos 'roquers' de Mallorca, cuyos restos necesitan de forma urgente una reforma que consolide unas estructuras que, a pesar de los siglos transcurridos, siguen resistiendo el paso del tiempo, aunque algunas de ellas, principalmente las torres, las murallas y los aljibes, se encuentran en una situación límite.

La adquisición de la finca matriz es el primer paso para que tanto las ruinas como su entorno puedan ser gestionadas de forma integral por los mallorquines. Hoy, todos los restos arqueológicos siguen siendo propiedad de Patrimonio Nacional, que no ha invertido ni un euro en reformar los elementos históricos, uno de los argumentos que ha puesto sobre la mesa el Consell para lograr una cesión que estaba bien encaminada hasta que el proceso electoral que desembocará en los comicios generales del 28 de abril ha paralizado las gestiones.

La disponibilidad de los terrenos donde se ubican los restos más degradados es capital para emprender la reforma y evitar el implacable deterioro de unas piedras que, si pudiesen hablar, darían muchas claves ocultas de nuestra historia, al menos, desde la dominación romana.

Josep Lluis Pol, profesor de matemáticas y uno de los mayores conocedores de los entresijos del castillo de Alaró, lamenta que el estado de la antigua fortaleza es "crítico", hasta el punto de que algunas estructuras, como la llamada 'Presó dels moros', la torre ubicada junto a la Cova de Sant Antoni, "podrían venirse abajo con un fuerte vendaval o un rayo".

Su pérdida sería imperdonable, ya que "tal vez es el resto histórico más grande que se ha conservado de la época musulmana, exceptuando el Palau de l'Almudaina de Palma", señala Pol. Durante el último siglo ya ha perdido gran parte de su aspecto original: en una fotografía de 1925 se aprecia que la torre tenía un piso más que ahora. "Si se cae del todo, se pierde para siempre, es irrecuperable, porque la ley no permite la reconstrucción de un monumento y yo estoy de acuerdo: no se puede hacer una copia", lamenta Pol.

La única solución para evitar el desastre es la consolidación del conjunto. "Es una lucha contra el tiempo", añade el experto. Y el castillo sabe mejor que nadie lo que es el paso del tiempo, pero no es eterno. Los conflictos de propiedad que ha arrastrado la finca desde hace años han jugado en contra de la conservación.

La importancia histórica del castillo de Alaró es fundamental. "Es un lugar que concentra prácticamente toda la historia desde los romanos hasta nuestros días, constituye un resumen de nuestra historia, donde incluso se ha documentado la presencia de un antiguo 'talaiot', aunque no se ha podido constatar porque no se ha hallado", señala Pol.

Intervenciones arqueológicas

Además de la reforma de las estructuras del castillo, la compra de la finca permitirá dar un paso importante para definir las futursa intervenciones arqueológicas que se llevarán a cabo.

El subsuelo de la fortaleza sigue siendo un misterio y un espacio muy goloso para los estudiosos porque, según señala el historiador y arqueólogo Biel Llodrà, "prácticamente sigue sin excavar un 99 por ciento" de toda la extensión del castillo. Por su parte, Josep Lluis confirma que "nunca se ha realizado una excavación seria", por lo que podrían salir a la luz muchas sorpresas que ayudarían a iluminar la historia más oscura. No obstante, los investigadores asumen que los expolios que se han practicado a lo largo del tiempo han contribuido a borrar datos históricos para siempre.

Hasta la fecha, las prospecciones arqueológicas se han centrado en la zona de la hospedería, la zona más alta del castillo (822 metros), gestionada por la Fundació Castell d'Alaró, donde han aparecido algunos restos interesantes como piezas de cerámica y un trozo de hebilla de la época bizantina, además de monedas españolas del siglo XVIII. "Todo indica que la zona donde se ubica la ermita (construida en 1622) era una zona de paso, no hemos encontrado ninguna estructura importante", explica Llodrà.

Los investigadores creen que el origen del castillo de Alaró podría ser bizantino debido a los numerosos restos de esa época (del año 534 hasta una fecha incierta entre finales del siglo VIII y principios del siglo X) hallados en los primeros sondeos realizados en los aljibes.

Las estructuras defensivas de la entrada, los aljibes y la torre de la Cova de Sant Antoni o 'Presó dels moros' son las tres zonas monumentales del castillo que más interés despiertan entre los historiadores porque son los espacios menos excavados del conjunto patrimonial. También son los que más necesitan con urgencia una reforma como la realizada en el año 2010 en la Torre de l'Homenatge o 'Constipador', que se mantiene en un estado aceptable de conservación.

El complejo defensivo de la entrada del castillo, con tres torres y las murallas, es uno de los puntos más críticos. "Es necesaria una consolidación para evitar que se caiga", alerta el arqueólogo Biel Llodrà. También es un espacio muy interesante desde el punto de vista histórico porque apenas se han realizado sondeos importantes "debido a los problemas de propiedad", señala Llodrà.

Posible poblado medieval

En este punto podría permanecer enterrado un yacimiento de la Baja Edad Media. "Hay muchas posibilidades de que haya restos de un complejo de casas y otras construcciones de servicio", apunta. La intervención solo será posible si el Estado cede los restos al Consell de Mallorca, que podría rescatar alguno de los antiguos proyectos de reforma que nunca se han ejecutado por los citados problemas con la titularidad del conjunto histórico.

Los aljibes también están en una situación difícil (uno de ellos está totalmente apuntalado), al igual que la 'Presó dels moros', cuya reforma "será complicada", según Llodrà, por la situación casi inexpugnable de la antigua estructura defensiva.

Los arqueólogos sueñan con la posibilidad de excavar este amplio territorio 'virgen' que "todavía puede dar muchas sorpresas" y arrojar luz sobre determinadas etapas de nuestra historia que aún son desconocidas. "Por ejemplo, no sabemos casi nada de las épocas bizantina y musulmana, y especialmente de los siglos oscuros, que van desde 707, fecha de la primera invasión musulmana, hasta la conquista definitiva del año 902", explica Llodrà. Sobre esta época apenas hay información escrita y arqueológica. "El castillo de Alaró podría ser la piedra de Rosetta de Mallorca (en referencia al hallazgo que permitió descifrar los jeroglíficos egipcios)", concluye.

Ahora, el castillo de Alaró ha entrado en una nueva etapa determinante para su futuro inmediato. Mallorca no puede dejar pasar la oportunidad de indagar en su propia historia. La compra de la finca que alberga la fortaleza era una asignatura pendiente. El próximo paso es conseguir que los restos históricos del castillo reviertan de nuevo a los mallorquines, obligados a preservar para las futuras generaciones una de las joyas históricas más impresionantes de la isla.

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