El Jardín Botánico de Sóller presentó ayer un hotel para insectos, consistente en un habitáculo refugio para que nidifiquen insectos y otros tipos de pequeños animales que tienen su hábitat en las 'marjades' de la finca del Camp den Prohom.
El promotor del proyecto es Josep Lluís Gradaille, el director del botánico. Él mismo fue el encargado de diseñar y construir con la ayuda de un carpintero los elementos que forman el hotel de insectos.
Se trata de una estructura modular de tres niveles en la que se han creado hábitats específicos para que los insectos se acomoden en su interior. Así, en los módulos inferiores se han rellenado las cajas con distintos materiales como piedras, tochanas, cantos rodados y gravas,con el fin de habilitar un un espacio destinado a los coleópteros, babosas o caracoles.
En el segundo nivel está habilitado para los crisópodos, insectos chilófagos, himenópteros, dermápteros, arácnidos o sirfidos, entre otros. El tercero está destinado a abejas, avispas solitarias, chilófagos o himenópteros mientras que los elementos superiores sirven para pequeños pájaros y coleópteros.
Según explicó Gradaille, la instalación del hotel servirá para iniciar el trabajo de seguimiento y estudio de los insectos que lo utilizarán. El objetivo de esta curiosa iniciativa tiene por objetivo concentrar el mayor número de insectos que habitan el jardín, hacer un estudio y seguimiento de sus actividades y divulgar el conocimiento adquirido con ellos.
El nuevo espacio para insectos está colocado en una 'marjada' en la que se plantarán diferentes plantas de la especie de las melíferas, con gran variedad de color, con el fin de atraer el máximo número de visitantes al hotel, explicó el director de la institución científica.
La experiencia que se realiza en el jardín botánico de Sóller ya ha sido puesta en práctica en otras zonas naturales como s'Albufera de Mallorca, donde se han habilitado diversas estructuras para atraer a diferentes tipos de insectos.
