Llueve y hace frío, mal comienzo de día para la mayoría de mallorquines que solo piensa en la cantidad de atascos que le esperan, si no podrán poner la lavadora hoy o tendrán que ir con más tiempo a buscar a niño al colegio, que seguro que hay más lio de accesos. Lógico, al fin y al cabo somos personas de costumbres y nos preocupa principalmente lo que nos rodea y como altera nuestro frágil equilibrio diario. Parece mentira que, a simplemente unos pocos minutos de tanto caos, estrés provocado y obligaciones condicionadas por nuestras responsabilidades, exista un espacio como Planícia, una finca pública agroforestal que solo representa una minúscula parte del 42% de superficie de Mallorca gobernada por bosques. A raíz de la celebración del Día Internacional de los Bosques el próximo 21 de marzo, hemos podido visitar la finca y descubrir las iniciativas que en ella se toman para garantizar su supervivencia y eficiencia ecológica de los bosques de Mallorca.

Situada en plena Serra de Tramuntana, entre las localidades de Banyalbuyar y Estellencs, esta finca fue adquirida el año 2009 por el Govern de les Illes Balears y el Ministerio de Medio Ambiente, contando una una extensión de 445 hectáreas de gran riqueza botánica y que, históricamente, se explotaba principalmente en la producción de aceite. Una finca que no se trataba de la típica 'possessió' mallorquina sino que estaba destinada principalmente a la explotación de los recursos propios antes que ser una vivienda al uso.

En ese bello entorno, las críticas al mal tiempo no desaparecen por completo. La lluvia, no lo neguemos, presenta una especie de molestia al ciudadano que ya se ha acostumbrado a la calefacción del hogar y el refugio de un lugar seguro. Pero los comentarios sobre el mal tiempo ya no vienen solos, ahora vienen acompañados por un "era bien necesario". Y no se trata de un comentario manido sobre la necesidad de que llueva en nuestra isla después de un invierno bastante seco, sino que es asumido por los presentes como la reafirmación de una realidad en la que se entiende que el bosque y su entorno es bastante mas importante que la comodidad propia y que hay muchas vidas en juego en uno de los bienes más preciados de nuestro territorio. A veces hay que vivirlo para entenderlo.

Bosque sano, bosque seguro

"El cambio climático y la globalización, que permite la entrada de especies invasoras en nuestro territorio, son factores que ponen en riesgo la salud de nuestros bosques. Tenemos que hacer un trabajo de prevención para identificar y localizar estas amenazas lo antes posible" empieza comentando Sandra Closa sobre el trabajo que tienen que realizar los agentes para garantizar la supervivencia y la integridad del ecosistema. "Si no localizamos una plaga a tiempo, puede ser demasiado tarde para los elementos más débiles, como los pinos, que pueden sufrir el ataque de insectos escolítidos, y desembocar en su muerte" finaliza.

Antes de haberlo deseado contemplamos el proceso de tala de un árbol que, en menos de 10 segundos, cae al suelo a manos de una motosierra. Un silencio ceremonial domina la comitiva, que presencia con respeto el momento. "No es grato ver talar un árbol pero en ocasiones es necesario para salvar el bosque", concluye.

El mosaico agro-forestal

Desde los años 60 hasta la actualidad se ha incrementado en más de un 27% el espacio forestal de la Serra de Tramuntana en detrimento de los espacios agrícolas destinados a diferentes usos (olivos, almendros). Este crecimiento ha representado un especial riesgo de seguridad para toda la cordillera, ya que el abandono de espacios agrícolas ha generado una dejadez en su cuidado por lo que el riesgo de sufrir más incendios, de mayor virulencia y con mayor frecuencia se ha convertido en una amenaza creciente estas últimas décadas.

Joan Santana apuesta por la creación de un "mosaico agro-forestal", una iniciativa que se ha seguido con diligencia en Planícia; se han recuperado zonas de cultivo que hacía más de 30 años que no se usaban y se han integrado en el patrimonio etnológico ya existente, respetando a las especies protegidas y su entorno. En la finca se ha intentado reducir el espacio agrícola existente mediante una distribución estudiada. Ahora el espacio es inferior pero saneado, evitando uno de los grandes males que afectan a la Serra, cuando sentencia que: "el abandono de tierras es lo peor, hace un gran daño".

Dentro de este mosaico, destaca la figura de Martí Mascaró, apicultor que comercializa la miel ecológica Caramel, en parte en panales dedicados en la finca. Su trabajo minucioso le ha convertido en el único productor de miel ecológica certificada de la isla, mientras que sus abejas ayudan a polinizar los campos y los ecosistemas naturales, aún a pesar de estar bajo la amenaza de la avispa asiática, o en mayor gravedad, del hombre.

El futuro: los bosques

Desde hace más de 7 años, el objetivo principal del IBANAT ha sido el de dotar de resiliencia (capacidad de resistencia ante estados adversos) al espacio de Planícia, intentado que pudiera sobrevivir a las plagas forestales o incendios, como el que afectó al municipio de Andratx en 2013. "Ese incendio fue una gran llamada de atención sobre lo que teníamos que hacer" asegura Neus Obrador, que focaliza el trabajo que se ha realizado en tres apartados: recuperación del cultivo, mantenimiento de los elementos etnográficos y de piedra y la creación de un sistema hidraúlico que vertebrara toda la obra. Un trabajo que está en proceso pero que parece sentar las bases de un futuro sostenible y duradero para el terreno.

Finaliza la visita y ha acabado de llover hace unos minutos. En realidad, una gran pena porque es necesaria la lluvia y a veces parecemos no darnos cuenta. Los asistentes parecen haber dado por concluida la jornada satisfechos con las explicaciones y, mucho más, con la belleza ecológica de Planícia. Pero, por el camino, conversaciones entremezcladas despiertan las alarmas sobre la desconexión actual que tenemos con nuestro entorno. "¿Cuantos niños de 10 años de una clase van de excursión con sus padres por la Serra?. 1 o 2 como máximo". El lema de este año por el Día Internacional de los Bosques 2019 es '¡Aprende a amar el bosque!'. ¿Cuánto podemos amar algo que visitamos tan poco?. Los atascos esperan.

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