El ayuntamiento de Santa Margalida tiene intención de habilitar la escuela de música en las instalaciones de la antigua destilería de Feliciano Fuster, cuya propiedad todavía no ha sido asumida por la entidad social Amadiba a la que el ingeniero fallecido en 2012 había dejado en herencia con la condición de habilitar un centro social. La citada organización que trabaja con pacientes afectados por una discapacidad intelectual aceptó la herencia a beneficio de inventario, a la espera de conocer las cargas impositivas o deudas que afectan a la antigua propiedad del expresidente de Endesa.

Mientras el futuro de la antigua destilería sigue siendo una incógnita, las instalaciones siguen un proceso de degradación imparable. Por este motivo, el alcalde de Santa Margalida, Joan Monjo, ha firmado una orden de ejecución para realizar una limpieza de la zona y vallar el perímetro de la finca que se llevará a cabo esta próxima semana.

La intención del alcalde es pasar después la factura de la actuación, que asciende a unos 20.000 euros, a la entidad Amadiba como heredera de la destilería. En caso de impago, la institución municipal podría reclamar la propiedad de las instalaciones, ya que, además de la citada cantidad, está pendiente de pago el Impuesto de Bienes Inmuebles correspondiente a los últimos años. Según Monjo, la deuda total casi alcanzaría la cantidad de 30.000 euros entre ambos conceptos.

La asociación Amadiba ha comunicado en diversas ocasiones que no puede hacer frente al elevado coste que supone la reforma de la antigua destilería, por lo que ha propuesto al ayuntamiento de Santa Margalida que le compre el complejo por la mitad de su precio de tasación, valorado en aproximadamente un millón de euros, para cancelar la hipoteca que formalizó la asociación para comprar el casal de Ca na Marona de Santa Margalida, donde se ha habilitado una residencia para sus pacientes.

No obstante, el Consistorio ha rechazado la compra, confiado en que en un futuro próximo todo el conjunto industrial revertirá a favor de la institución municipal y porque el alcalde Monjo siempre se ha mostrado en contra de pagar medio millón de euros por unos terrenos que todavía no han sido aceptados por la entidad beneficiaria del testamento.

Cabre recordar que un veinte por ciento de la vieja destilería pertenece a dos sobrinas de Feliciano Fuster que, según ha señalado Amadiba en diversas ocasiones, estarían dispuestas a vender su parte.