"La solución al problema del tráfico en Montuïri está en que la gente vaya a pie o circule en moto. Resulta muy difícil encontrar una medida satisfactoria a causa de las numerosas pendientes. Por otra parte, en los pueblos tenemos la mentalidad de ir en coche hasta el lugar deseado; en cambio, en Palma, aparcamos un kilómetro lejos, pagamos la tasa y nada objetamos", confiesa Llorenç Mayol Sánchez que el mes pasado se jubiló como policía municipal de la localidad. Ingresó el 23 de febrero de 1981, el día del golpe de estado del general Tejero. A sus 62 años ha ocupado el cargo "durante 38 años menos 23 días".
P ¿Cuál ha sido la labor que más le ha gustado?
R Ir al colegio público y regular el tráfico. Era algo muy necesario hacerlo.
Recuerdos habrá que gran alegría le han proporcionado.
R Van en torno a las fiestas de Sant Bartomeu con el baile de los Cossiers y el sonido de las xeremies. Daba gusto ver el gentío que se acumulaba y comprobar que nuestro trabajo daba buenos resultados. Igual nos ocurría en la Fira de sa Perdiu. Resultaba una enorme satisfacción observar que a las nueve de la mañana todo estaba preparado. Feies un fort alè.
P ¿Y el más desagradable?
R Lo más triste fue asistir a un grave accidente de tráfico en la carretera Montuïri-Lloret, cerca de Son Manera. Sucedió a una familia de argentinos que vivían en la calle de sa Trona. Murieron la madre y un niño de seis meses. Nunca podré olvidarlo. Fue en agosto. Estaba en el campo de fútbol con motivo del Torneig de sa Llum. El alcalde Francesc Trobat vino a buscarme diciéndome "tienes que venir porque ha habido un accidente muy grande".
P ¿El mayor acto incívico?
R El apilamiento de coches viejos en la plaza, frente al bar can Xorri, a cargo de los quintos. No se podía pasar.
P Hablando de las quintadas del 28 de diciembre, ¿cómo ha observado su evolución?
R Cuando éramos jóvenes, transportábamos en un carro hojas de chumberas que depositábamos frente a los domicilios de las quintas. Luego se hizo con dos tractores; mientras unos descargaba, el otro recogía para un nuevo viaje. Fue a partir de ahí cuando empezaron las "animalades".
P Ahondemos en el problema, ya perenne, de la circulación rodada en el casco urbano, especialmente en la calle Major.
R Los alcaldes han efectuado diferentes intentos. Después del empedrado de esta vía principal, pararon la circulación. Después se permitió aparcar durante un máximo de sesenta minutos. Ahora los transeúntes de la calle Major tienen que subir sobre los umbrales de las casas para evitar el paso de vehículos.
P Está señalizado "aparcamiento" en Es Dau.
R Es posible estacionar en la avenida, pero luego hay que subir empinadas pendientes para ir a la plaza. La gente no quiere ir a pie y, en cambio, por las tardes va a caminar.
P Ha afirmado que a pie o en moto es la solución.
R Yo mismo siempre circulo en motocicleta. Antes de reunirnos para la entrevista, he ido a comprar el pan y el diario y acabo de regresar de la caseta de campo en mi vehículo preferido.
P Por otra parte, la plaga de palomas sí que ha desaparecido gracias a su constancia.
R En junio se cumplirán los cinco años en que, tres veces a la semana, he ido subiendo a lo alto de la torre del campanario para colocar las jaulas. Antes divisabas bandadas que sumaban 300 o 400 aves. Ahora, desde esta cima, únicamente contemplas la presencia de una docena.
P ¿Cómo vive su jubilación?
R Mi vida está en la caseta de campo. Disfruto en ello. Por la mañana en la caseta, por la tarde en la caseta. Me encanta estar con todos mis animales. Hace 44 años que poseo perras de caza, actividad que es mi principal entretenimiento. Me produce tranquilidad no estar obligado a consultar el reloj por la mañana. Cada viernes voy a desayunar con mis compañeros del ayuntamiento.
