El ayuntamiento de Lloret de Vistalegre ya es el propietario de todo el conjunto arquitectónico del convento de los Dominicos, actual sede de la institución municipal, después de haber formalizado la compra del edificio de Ca na Fustera, integrado en el complejo del siglo XVII, con una subvención de 240.000 euros aportada por el Consell de Mallorca.

El edificio de Ca na Fustera tiene una superficie de 450 metros cuadrados y es anexo a la actual sede consistorial, por lo que la intención del Ayuntamiento es aprovechar la adquisición del inmueble para ampliar las dependencias municipales, que se han quedado pequeñas para las actuales necesidades administrativas. "Actualmente, cinco personas trabajan en un espacio de veinte metros cuadrados", señala el alcalde de Lloret, Antoni Bennàsar (Endavant Lloret).

"Hace años que el Ayuntamiento iba detrás de esta compra, que será muy importante para el futuro del pueblo, ya que ofrece muchas posibilidades para mejorar las dependencias municipales", añade el regidor.

El consistorio deberá ahora acometer un proyecto de reforma del edificio, cuyo estado de conservación es óptimo, teniendo en cuenta los valores patrimoniales del edificio.

El coste de la operación de compraventa es de 192.000 euros, precio estipulado a través de una tasación oficial, por lo que unos 48.000 euros de la subvención del Consell se destinarán a la eliminación de barreras arquitectónicas y a mejorar el suelo del claustro del convento, un espacio cada vez más utilizado por los lloritans para la celebración de eventos culturales, con el fin de que sea accesible para todas las personas.

El edificio de Ca na Fustera que ahora ha pasado a formar parte del patrimonio público era una parte importante del antiguo convento de los dominicos. Era el lugar donde se ubicaban las celdas de los monjes, que se mantienen en un buen estado de conservación y que, según apunta el alcalde, se integrarán en el proyecto de reforma del edificio que todavía debe redactarse. Este documento deberá seguir las directrices de los técnicos de Patrimonio del Consell para conservar los elementos históricos.

Un gran complejo religioso de mediados del siglo XVII

El origen del convento de los dominicos de Lloret se remonta a mediados del siglo XVI, cuando una comunidad de franciscanos de clausura que residió en la localidad del Pla entre los años 1551 y 1566 cedió las dependencias a los padres dominicos en el año 1583.

Esta orden religiosa puso la primera piedra de la actual iglesia en el año 1591 y posteriormente, a mediados del siglo XVII, edificó el complejo del convento tal y como se ha conservado hasta hoy.

El convento cuenta con diferentes dependencias que suman unos 5.000 metros cuadrados que albergan la sede del Ayuntamiento. La institución municipal tiene previsto abrir un hotel de interior para rentabilizar el complejo arquitectónico.