El ayuntamiento de Pollença celebró este lunes un pleno extraordinario con un único punto en el orden del día, relativo a la concesión del nuevo Reconeixament Clara Hammerl que cada año visibilizará la labor de alguna mujer o colectivo de mujeres que hayan destacado en alguno de los diferentes ámbitos sociales. Por unanimidad, el pleno 'pollencí' decidió conceder el reconocimiento a las pescaderas del municipio, el colectivo de mujeres que desde siempre se ha dedicado a vender el pescado fresco tanto en Pollença como en el Moll.

Las antiguas 'peixateres' de Pollença cesaron su actividad en el año 1992, cuando cerró definitivamente la pescadería de la localidad, ubicada en la Plaça Major, en el mismo edificio que actualmente está en proceso de reforma y en cuyo subsuelo han aparecido numerosos restos históricos.

La profesión de pescadera fue ejercida por centenares de mujeres en Pollença, de las que actualmente sobreviven trece. "Este colectivo de mujeres desempeñó un papel fundamental en la economía de la pesca, así como en la economía de Pollença y el Moll; todas las familias de marineros y pescadores han tenido pescaderas", apunta el Ayuntamiento para justificar la concesión del Reconeixament Clara Hammerl al citado colectivo.

A lo largo de la historia, las pescaderas han ejercido su oficio en diferentes lugares del municipio. Los últimos enclaves donde se ha vendido pescado han sido junto al Tamarell del Moll y en la propia pescadería de la Plaça Major de Pollença, donde el pescado era transportado por ellas mismas a pie, en bicicleta, en autocar o, más recientemente, en coches particulares.

"Habitualmente vendían cada día, a excepción del sábado, cuando guardaban el pescado para el domingo", recuerda el Consistorio. A partir de los años 70, el número de pescaderas fue en descenso. Catalina 'Ribota' y Magdalena 'Deiana' fueron las últimas 'peixateres' de Pollença.