La edición XXXV de la Fira de Fang de Marratxí abrió ayer sus puertas en una convocatoria marcada por destacadas ausencias, como la de la de ollería Madò Bet des Siurells de sa Cabaneta, que no había faltado a la cita desde hace más de siete años, siendo una de las participantes a las primeras ediciones.

Los motivos alegados por los representantes de Madò Bet des Siurells han sido que la encuentran muy larga, pero el próximo año no descartan volver a este evento.

A las once de la mañana, el alcalde Joan Francesc Canyelles, acompañado por el conseller de Trabajo, Iago Negueruela, inauguraron el recinto ferial sin el tradicional corte de cinta. Tras los discursos visitaron, en primer lugar, el stand ganador del premio Benet Mas, que este año ha recaído en el ceramista residente en Algaida, Julio León.

Seguidamente realizaron una visita por la parte expositiva para finalizar recorriendo los stands dedicados a la venta, situados en el recinto cerrado del exterior.

A medida que avanzaba la mañana, también iba en aumento la afluencia de visitantes, uno de los alfareros que anualmente acude a la cita manifestó que, de momento, la mañana de ayer había sido superior en ventas a la del pasado año, un buen augurio para el resto días.

Una de las principales novedades de este año es la convocatoria Fang Cuina, la cual promocionará la cerámica y la gastronomía local en los restaurantes de Marratxí durante los días de la feria. A esta iniciativa se han adherido quince restaurante, los cuales ofrecerán cocina con platos manufacturados en las ollerías del municipio.

El sábado 16, el conocido chef Miquel Calent ofrecerá un showcooking con platos cocinados en pucheros y cazuelas de barro.