Ports de Balears ha llevado a cabo una reestructuración de las terrazas de bares y restaurantes de la zona portuaria de Sóller que ha dejado un establecimiento de primera línea sin ocupación de vía pública, un hecho que ha suscitado malestar entre los afectados que acusan al organismo público de actuar de "forma opaca" a través de una práctica que la denominan de "neocaciquismo".

Según han explicado fuentes de Ports, el cambio en la distribución de las terrazas se ha llevado a cabo después de que la propiedad de un local de la calle de la Marina solicitara un espacio en la zona de dominio público para instalar su terraza.

La tramitación de esta solicitud obligó a Ports, han explicado las mismas fuentes, a modificar la distribución que hasta ahora tenían las ocupaciones de la vía pública. Con este cambio, las terrazas ocuparán su proyección de fachada en el espacio de dominio público de acuerdo con los criterios técnicos de este organismo al existir informes que señalan que el lugar donde le correspondería es un espacio reservado a los peatones.

Concesión en precario

Pero este cambio ha afectado a un establecimiento, que se ha quedado sin terraza. Desde Ports han explicado que esta concesión estaba dada en precario y que, en aplicación de los criterios técnicos, no puede ocupar el espacio que tenía concedido de forma anual.

En este sentido, añadieron que otros establecimientos de la zona se encuentran en la misma situación y que podrían verse afectadas si los locales de primera línea que actualmente no tienen terraza solicitaran ocupación de la vía pública. A través de una carta titulada 'Una historia de neocaciquismo en el Port de Sóller' que se ha difundido en redes sociales y medios de comunicación, Ivan Murray, doctor en Geografía por la UIB y Máster en Ciencias en Sostenibilidad Ambiental, afirma que la retirada de la concesión anual otorgada al establecimiento desde el año 2011 sería fruto de la presión que supuestamente habría ejercido un conocido empresario del Port de Sóller.

El geógrafo apunta que Ports habría cedido a estas presiones hasta el punto de que los trabajadores públicos de Ports habrían actuado contra el establecimiento "con unas formas duras y opacas del poder" y que éstos "parece que están a sueldo de don V.".

Vicente Sastre

Murray se refiere con "don V." a Vicente Sastre, el consejero delegado del Ferrocarril de Sóller y concesionario del Mar y Sol, el restaurante que ocupa la estación del tranvía del Port. A su juicio, Sastre habría ejercido supuestas presiones ante Ports para que la cafetería se quedara sin lugar para instalar mesas y sillas. Asegura que los propietarios de la cafetería afectada habrían sido víctimas de "crecientes presiones" del personal de Ports para "meterles miedo en el cuerpo". El geógrafo concluye que Ports insinuó a los dueños del bar afectado que "para desatascar la situación fueran a hablar con Don V.".