La historia familiar a veces reaparece más viva que nunca tras más de 80 años de silencio y olvido.

Eso es lo que les ocurrió a los familiares de Miquel Martorell Gelabert, uno de los cuatro cadáveres que el pasado mes de enero se buscaron en la fosa común del cementerio de Llucmajor, donde había sido enterrado tras ser fusilado en 1936, al inicio de la Guerra Civil. Un anuncio publicado por Memòria de Mallorca en su página de Facebook pocos días antes del inicio de la exhumación, en el que se solicitaba que los familiares de los desaparecidos se pusieran en contacto con la entidad, fue el detonante del inicio de una investigación que, tirando de un frágiles hilos de memoria en Bunyola y en Alaró, ha conseguido reconstruir en parte la historia de este represaliado por el franquismo. Tras ver el anuncio y las informaciones publicadas en los medios sobre la exhumación, un nieto de Miquel Martorell acudió al cementerio de Llucmajor y se puso a disposición de los investigadores.

La familia tenía muy poca información sobre él y sus datos iniciales, a partir de los que se ha rescatado gran parte de su biografía, eran confusos: en algunas ocasiones figuraba como natural de Orient, en otras de Alaró y en otras de Bunyola. Ahora, gracias al investigación en varios archivos históricos, especialmente en el de Bunyola y en el Diocesano, se ha podido confirmar que era de Orient, donde había nacido en 1901, aunque la detención se produjo en su domicilio de Can Capes, en Palma, donde entonces residía con su esposa, Francisca Drover Marquès, y su hijo. La mujer no cejó en la búsqueda de su marido desde que fue detenido y se presentó en numerosas ocasiones ante el juez para intentar saber qué le había ocurrido, como atestigua la causa judicial.

Familiares de Miquel Martorell con Maria Antònia Oliver y concejales el ayuntamiento en el acto celebrado en Bunyola. J. MATEU

"A él lo mataron, pero ella fue muy valiente", afirmó Maria Antònia Oliver, presidenta de Memòria de Mallorca, en un acto organizado en Bunyola para dar a conocer la figura y la historia de Miquel Martorell al que asistieron su hijo y sus nietos.

Había sido detenido por primera vez el 3 de septiembre de 1936 y encerrado en el castillo de Bellver. Tres días después fue puesto en libertad, pero el 30 de noviembre un coche conducido por un hombre vestido con traje de falangista y tres policías se presentaron en su casa y se lo llevaron. Primero fue encarcelado y el 2 de diciembre lo "sacaron". Su cadáver apareció al día siguiente en la carretera de Palma a Portocolom, cerca de s'Aranjassa. Presentaba varios disparos de bala y fue enterrado en "hoyo" del cementerio de Llucmajor. Su familia no tuvo noticias de su paradero hasta que el pasado mes de enero -83 años después- su cadáver fue uno de los identificados en esta fosa común.

La historia personal y familiar de Miquel Martorell todavía está en proceso de reconstrucción. Su hijo tenía solo dos años cuando desapareció y su mujer murió sin explicar prácticamente nada de los dramáticos acontecimientos que vivió. Se ha podido confirmar que era natural de Orient, donde residió al menos hasta los 17 años, pero aún no están claros los motivos de su detención y asesinato ya que no se consta que militase en ningún partido, sindicato o asociación.

La vida de Miquel Martorell se cerró abruptamente a los 35 años, pero su historia personal sigue todavía incompleta y abierta.