El concejal de Medio Ambiente llevó a cabo esta semana una peculiar campaña en un barrio del centro de Sóller para intentar acabar con el vertido de residuos voluminosos en la calle. Lo hizo yendo puerta a puerta en la zona de la calle Bisbe Colom, donde hay un punto de recogida de basuras en el que a diario los operarios tienen que retirar muebles y todo tipo de enseres abandonados.

Josep Lluís Puig estuvo acompañado por Teresa Valladolid, la responsable de Sóller Recicla, la concesionaria del servicio de recogida selectiva de Sóller, que entregaron a los vecinos de las calles Bisbe Colom, Batach, Sant Joan, Moragues y Sant Bartomeu (entre otras vías) un folleto explicativo que señala los pasos a realizar para deshacerse de los voluminosos inservibles. Ambos recogieron también el malestar vecinal de la zona por la proliferación de residuos en la calle.

El concejal de Medio Ambiente explicó que los supuestos autores del abandono de muebles "se intuye quiénes son, pero nadie ve nada ni nadie denuncia nada". A su vez, la responsable de la recogida selectiva añadió que la limpieza del punto de recogida de Bisbe Colom tiene un coste de entre 100 y 150 euros. El abandono de muebles y otros objetos se produce casi a diario. Los vecinos acogieron la iniciativa municipal con satisfacción, aunque algunos vecinos pusieron en duda su eficacia. Durante esta legislatura, el ayuntamiento ha impuesto una decena de sanciones a personas por abandonar residuos voluminosos en la calle.