Carmen Barranco y su hijo menor de edad han ganado tiempo después de que el juzgado comunicara la paralización del desahucio de la casa que habitan en Llucmajor desde hace más de una década. La presión ejercida por la plataforma Stop Desahucios a lo largo de esta última semana se ha traducido en un aplazamiento que por ahora no tiene fecha de caducidad.

Un cerrajero acudió a la vivienda minutos antes de las 11:00, cuando estaba previsto el desalojo. Una docena de activistas convocados por la plataforma Stop Desahucios se apostaron en la entrada de la vivienda para cortarles el paso, pero no se ha producido ningún choque porque el juzgado ha comunicado de inmediato la suspensión.

Los activistas denuncian que la mujer y su hijo están en su derecho de permanecer en la vivienda. En 2006 se separó de su pareja, el dueño de la casa, y desde entonces litigan para determinar quién puede habitarla. Barranco argumenta que en 2007 un juez le concedió a ella y a su hijo el uso y disfrute de la vivienda, pero desde entonces ha sufrido un calvario judicial y diversos intentos de desahuciarla.

La mujer constituyó la hipoteca con Caixabank. Una portavoz de la entidad financiera ha asegurado que, en una fecha que no ha sabido precisar, la vivienda fue traspasada a un fondo buitre llamado Coral. “Nosotros no hemos instado este desahucio, lo ha instado ese fondo. Es verdad que nos reunimos con Stop Desahucios hace unos días, pero lo hicimos únicamente para mediar e intentar encontrar una solución para esta mujer”, indicaron desde Caixabank.

Stop Desahucios, sin embargo, asegura que a día de hoy la vivienda sigue siendo propiedad de la entidad financiera. “Coral es un fondo buitre que trabaja habitualmente con Caixabank. Pero en este caso sabemos que ni ha ordenado el desahucio, ni figura en ningún sitio como titular de la vivienda”, ha indicado el portavoz de Stop Desahucios, Joan Segura.