Manel Soler i Palà, misionero de los Sagrados Corazones (Terrassa 1946- Lluc 2019) falleció a los 72 años el pasado martes de forma inesperada en el santuario de Lluc, donde actualmente desarrollaba su labor eclesiástica. Diversos habían sido sus destinos desde que ingresó en dicha congregación. Fue uno de los primeros miembros de una congregación religiosa en Mallorca que se responsabilizó de parroquias diocesanas, donde cosechó amigos en sus destinos en Algaida y Andratx. Fue profesor de teología a lo largo de diversos años.

Numerosas son sus publicaciones tanto de artículos religiosos como relacionados con otras temáticas que aparecieron en diversas revistas tanto de España como de América.

Se le puede considerar una persona con carácter y de un carisma especial, un pensador y reformista en la línea del Concilio Vaticano II, que fue capaz de impulsar en sus destinos la labor de los laicos en las parroquias. Dentro de la congregación de los misioneros ha sido uno de los intelectuales y y visualizadores de estos últimos años. Desde su juventud fue un gran defensor de las raíces de su tierra así como de la lengua.

Desde 2011 era el responsable en Lluc de dar a conocer a través de las nuevas tecnologías los acontecimientos del santuario.